En esta Nochebuena, cuando las luces se encienden y el aroma a hallacas, dulce de lechosa y hogar comienza a inundar el aire, nuestros corazones se conectan en un solo latido. No importa si estás en la calidez de nuestras costas, en el frío de una ciudad lejana o bajo el cielo de un continente distinto: ser venezolano es llevar la Navidad en el pecho como un fuego que nunca se apaga.
Esta noche, el amor es el ingrediente principal de nuestra cena. Es ese amor que se traduce en una llamada por video, en el esfuerzo por enviar un detalle a los que quedaron allá, o en la valentía de empezar de nuevo manteniendo vivas nuestras costumbres. Es el amor que nos hace familia, incluso con desconocidos, solo por compartir el mismo acento.
Pedimos por la paz. Esa paz que sobrepasa todo entendimiento y que hoy llega a cada hogar para calmar las ausencias. Que la música de nuestras gaitas y parrandas sea el bálsamo que sane las nostalgias y nos recuerde que, aunque estemos repartidos por el mundo, nuestra esencia permanece intacta, alegre y generosa.
Y sobre todo, brindamos por la esperanza. Una esperanza inquebrantable que nos dice que lo mejor está por venir. Que cada sacrificio de hoy es la semilla de un reencuentro mañana. Que la luz del Niño Jesús ilumine el camino de regreso, los sueños de libertad y la prosperidad de cada mano venezolana que trabaja con honradez y pasión.
Desde Otilca Radio deseamos una ¡Feliz Navidad, Venezuela! Que dondequiera que estés, sientas el calor de tu tierra, el orgullo de tu bandera y la fe de que nuestra luz brillará más fuerte que nunca.
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