En el vibrante ecosistema de la isla de Margarita, un ave destaca no solo por su colorido plumaje, sino por ser un símbolo de identidad y resistencia: la Cotorra Margariteña (Amazona barbadensis rothschildi). Declarada oficialmente Ave de Nueva Esparta un 13 de agosto de 1990, esta subespecie endémica es un tesoro natural que narra una historia de lucha por la supervivencia y exitosos esfuerzos de conservación.
Originalmente, el hábitat de la Cotorra Margariteña se limitaba casi exclusivamente a la árida Península de Macanao, en el occidente de la isla. Con su distintivo collar amarillo, un parche de coloración pálida en la frente y sus vivaces plumas verdes, esta cotorra se convirtió en un ícono de la fauna local. Sin embargo, su belleza también la hizo vulnerable. Durante décadas, la especie enfrentó graves amenazas, principalmente la destrucción de su hábitat debido a la deforestación y, de manera más crítica, el tráfico ilegal de crías para su venta como mascotas.
La presión sobre la población de cotorras llegó a un punto crítico, lo que motivó a organizaciones conservacionistas y a la comunidad local a actuar. En respuesta a esta crisis, se implementaron programas de protección y concienciación que, a lo largo de los años, han demostrado ser sumamente efectivos. El trabajo de biólogos, ecologistas y guardaparques ha sido fundamental para proteger sus nidos y áreas de anidación, y educar a la población sobre la importancia de su conservación.
Gracias a estos esfuerzos, la situación de la Cotorra Margariteña ha mejorado significativamente. Su población se ha recuperado y, hoy en día, ya no está confinada a la Península de Macanao. Se ha logrado avistarla en diversas zonas de la isla de Margarita, lo que indica un éxito notable en la expansión de su rango y en la consolidación de su supervivencia.
El 13 de agosto no solo marca el día en que la cotorra fue reconocida como el ave oficial de Nueva Esparta, sino que también sirve como un recordatorio del poder de la acción colectiva para proteger el patrimonio natural. La Cotorra Margariteña es más que un ave; es un símbolo de orgullo regional, un testimonio de la biodiversidad venezolana y un ejemplo inspirador de cómo la conservación puede dar esperanza a especies en peligro. Su vibrante graznido en el amanecer margariteño es un canto a la vida y a la perseverancia, un sonido que los isleños esperan que resuene por muchas generaciones más.
Únete a nuestro canal en Telegram.
¿Eres talento venezolano y deseas que publiquemos tus notas y sonemos tu música? Envíanos el material a otilcaradio@gmail.com
Contribuye con la promoción y difusión de la
producción artística venezolana, realiza tu aporte



