En mis tiempos de muchacho, al cometer cualquier travesura, mi bisabuela Isaac, al regañarme expresaba: “Este muchacho si es mojiganga…”, recuerdo que fue la primera vez, que me enteré de la palabra “Mojiganga”.
Luego la escucharía varias veces, nuestra gente al referirse a personas bochincheras, echadoras de vainas, contadores de cachos, les decían: “A bicho pa’ mojiganga”.
La palabra “mojiganga”, debe haber llegado a estos lares con los españoles, ya que, por esos predios, durante el siglo XVII, se designó con este nombre a una pieza dramática breve, de origen carnavalesco; antes se le designaba como mojigangas a individuos con vestidos estrafalarios y coloridos que participaban en las celebraciones carnavalescas, más tarde el término pasó a designar a las obras cuyos personajes vestían con disfraces ridículos.
Las mojigangas daban primacía al espectáculo por encima del argumento textual, la diversión dependía de la música, del baile, de las decoraciones escénicas, pero sobre todo de los vistosos trajes fantásticos de los actores. Eran representadas en la calle durante las fiestas del carnaval sobre carros muy adornados.
Todo era dominado por un ambiente burlesco. Las mojigangas podían formar también parte de fiestas espontáneas como, por ejemplo, las originadas a causa del nacimiento de los infantes o infantas, suceso que motivaba que el pueblo se lanzara a la calle a festejar.
Debido a su carácter grotesco y bullicioso fueron prohibidas durante el siglo XVIII. Muchas palabras de nuestro léxico, han dado paso a otras muy sofisticadas, pero en la mayor de las veces muy alejadas de nuestra identidad.
En nuestro léxico insular la palabra mojiganga no estaba lejos de su origen, aunque en muchas oportunidades llegó a formar parte del grupo de los: privantes, cambamberos, guarandingas, pretenciosos, repugnantes, guachafitas, faramalleros, estrafalario, pispís, sacafiestas y para completar mojigangueros,
En este grupo no encajaban los más pendejos como las morgallas, encantaos, firifires, agilaos y flacuchentos por algún vicio. Los mojigangueros, siguen alegrando el gentilicio de esta tierra, porque: ¡Carajo, Mojiganga es Mojiganga!
Texto: Verni Salazar 22 I 2024
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