El pasaje de Juan 15, 1-8 es una de las alegorías más profundas y ricas en significado del Evangelio, conocida como la parábola de la Vid Verdadera. Jesús se presenta a sí mismo como la vid, la fuente de vida y sustento, y a Dios Padre como el labrador, quien cuida y cultiva. Nosotros, los discípulos, somos los sarmientos.
Este evangelio nos invita a una profunda introspección sobre nuestra relación con Jesús. ¿Estamos verdaderamente permaneciendo en Él? ¿Permitimos que su palabra nos limpie y nos guíe? ¿Estamos dispuestos a aceptar la poda del Padre para crecer y dar más fruto? La parábola de la vid verdadera es un llamado a una dependencia total y a una vida de fructificación que glorifica a Dios.
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