Hoy, 26 de julio de 2025, conmemoramos el que habría sido el 53.º cumpleaños de Johnny Escobar Figueroa, un músico excepcional y un ser humano invaluable que dejó una huella imborrable en la cultura margariteña y venezolana. Aunque su partida prematura en 2013 nos privó de su presencia, su espíritu, su música y su legado continúan resonando en el corazón de quienes lo conocieron y admiraron.
Una vida dedicada a la música y la cultura
Johnny Escobar nació en Caracas el 26 de julio de 1972, pero fue en Pedregales, Juan Griego, municipio Marcano, Isla Margarita, estado Nueva Esparta, donde echó raíces y cultivó su amor por la música. Hijo de Juan Escobar y Lourdes Figueroa, estuvo inmerso en el medio musical desde los cinco años. La música margariteña fue su gran pasión, aunque su versatilidad lo llevó a explorar géneros como el jazz, el pop y la música latina. Tuvo el privilegio de formarse bajo la guía de maestros como José Asunción Gutiérrez y Alberto «Beto» Valderrama Patiño, quienes moldearon su excepcional talento.
Su sed de conocimiento no se limitó a la música. Johnny fue un ejemplo de superación, obteniendo un Profesorado en Educación y una Maestría en Supervisión y Gerencia de la Educación, lo que complementó su ya brillante carrera musical.
Un músico versátil y promotor cultural
Johnny Escobar fue una figura central en la escena musical neoespartana. Durante varios años, integró el Ensamble de Música Venezolana Opus 4, un grupo emblemático e innovador, especialmente por sus interpretaciones de música margariteña. En Opus 4, Johnny demostró su maestría con la mandolina y, posteriormente, asumió el rol de director musical. Su talento no conocía límites: era director musical, mandolinista, guitarrista, pianista, cuatrista, arreglista, coordinador general y docente. También formó parte de proyectos más recientes como Margarita Urbana junto a Sergio «Gato» Gallardo y dirigió la Banda de Música Pop de la Tacariguera Jennifer Moya.
Más allá de su virtuosismo como intérprete, Johnny se dedicó a ser un promotor cultural. Estuvo adscrito a la Delegación de Cultura y Extensión del núcleo Nueva Esparta de la Universidad de Oriente, y su vocación por la enseñanza lo convirtió en un valioso miembro de la escuela del maestro Alberto «Beto» Valderrama Patiño. Fue un modelo a seguir y mentor para muchos jóvenes talentos, no solo en la música, sino también en el amor por la cultura tradicional margariteña.
Un ser humano valioso y un legado imperecedero
Quienes lo conocieron recuerdan a Johnny como un joven centrado, un músico extraordinario y una persona que supo luchar por lo que quería. Formó un hogar con su esposa, la Profesora Carmen Núñez de Escobar, con quien tuvo su última hija, y fue padre de tres hijos. Los vecinos de Pedregales recuerdan su alegría y su participación en las tradiciones locales, como la celebración del carnaval con coloridos disfraces y música típica margariteña. Fue un ser humano valioso y solidario, cosechando grandes amistades a lo largo de su vida.
Lamentablemente, Johnny Escobar Figueroa falleció el 1 de febrero de 2013 en Juan Griego, estado Nueva Esparta, a causa de un shock séptico, a la joven edad de 39 años y con 22 años de carrera artística. Su partida fue una pérdida irreparable para la comunidad musical neoespartana, pero su legado sigue latente en cada persona que fue tocada por su música y su espíritu.
En su memoria y como testamento de su compromiso con la educación y la música, el Grupo Otilca inauguró en 2021 la Unidad Educativa Johnny Escobar, donde la música es un pilar fundamental en la formación de los niños. Johnny Escobar Figueroa sigue presente en el corazón de los insulares, un recordatorio constante del poder de la música para trascender el tiempo y dejar una huella eterna.
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