El 22 de octubre de 1941 no es solo una fecha en el calendario deportivo venezolano; es la génesis de una leyenda nacional. Ese día, en el corazón de la capital cubana, la Selección de Béisbol Amateur de Venezuela conquistó su primer título universal al vencer a la todopoderosa selección de Cuba en la final de la IV Serie Mundial Amateur, una gesta que pasaría a la historia como el «Tropicalazo« y que catapultó el béisbol como el deporte rey del país.
La Travesía Inesperada en La Habana
La IV Serie Mundial de Béisbol Amateur se llevó a cabo en La Habana, Cuba, del 27 de septiembre al 22 de octubre de 1941. Venezuela llegó al torneo sin el cartel de favorito, que recaía sobre el anfitrión, Cuba, que buscaba su tercer título mundial consecutivo.
El equipo venezolano, dirigido por Manuel «El Pollo» Malpica, demostró un rendimiento excepcional en la fase de todos contra todos. Al finalizar esta etapa, tanto Venezuela como Cuba quedaron empatados con un récord de 7 victorias y 1 derrota. Este empate forzó un juego final de desempate, un duelo a muerte súbita pactado para el 22 de octubre en el Estadio La Tropical.
El Duelo Final: Canónico vs. Marrero
La final enfrentó a dos grandes leyendas del montículo: Daniel «Chino» Canónico por Venezuela, y el formidable Conrado Marrero por Cuba. La estrategia criolla era clara: anotar rápido, aprovechando que Marrero solía ser más vulnerable en las primeras entradas.
Y así fue. La ofensiva venezolana explotó en el primer inning, fabricando las tres carreras que, a la postre, serían definitivas.
- Con un out en la pizarra, Jesús “Chucho” Ramos conectó un doblete.
- Le siguió José Antonio Casanova, cuyo batazo generó un error de la defensa cubana.
- Finalmente, un sencillo de Julio Bracho consolidó el rally de tres anotaciones para Venezuela.
El resto del juego fue una cátedra de pitcheo de Daniel Canónico, quien maniató la ofensiva cubana y solo permitió una carrera en nueve entradas completas, sellando el triunfo venezolano con un marcador final de 3 carreras a 1. La afición cubana, que ya tenía preparados los festejos para su equipo, quedó enmudecida.
Los ‘Héroes del 41’ y su Legado
El impacto de esta victoria trascendió lo deportivo. El equipo, bautizado inmediatamente como los «Héroes del 41», fue recibido en Venezuela con una euforia sin precedentes. Su llegada al puerto de La Guaira y el recorrido hasta Caracas se convirtieron en un carnaval nacional, un hito que generó una ola de identidad y orgullo popular.
Los 18 peloteros de esa selección, que incluía figuras históricas como José Antonio Casanova (nombrado el jugador más valioso del torneo), Enrique «Conejo» Fonseca y el propio Canónico, se convirtieron en héroes de carne y hueso, forjadores de un símbolo nacional y responsables directos del auge que experimentaría el béisbol en el país durante las décadas siguientes.
Esta es una de las mayores proezas del deporte venezolano, un triunfo que en 1941 le dio a todo un país una inyección de moral y un orgullo imperecedero.
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