Don Lino Gutiérrez y los 45 años de la CUIC

Durante casi toda mi permanencia en la Coral Universitaria Inocente Carreño, los aniversarios se celebraron los días 15 de diciembre; una tradición que venía desde la época en la que nuestro fundador, Mtro. Pedro Luis González Gil, aún nos dirigía, y que seguramente se originó en algún lapsus de memoria.

Este inusual hábito dió pié a una de las muchas casualidades que marcaron mi vida coralista, nutriéndola de una cantidad de elementos que valoro como parte de la “coherencia” con la que la vida tiende a llevarnos por caminos determinados.

Corría el año de 1984 y mi ciclo de estudiante del curso básico de ingeniería había finalizado, por lo tanto, me tocada “despedirme” de la CUIC, agrupación en la que había llegado a ser Director Asistente.

Ese año, bajo la dirección de la maestra María Colón de Cabrera, se preparó un aniversario especial en el que participaron como invitadas las agrupaciones: Cantoría Alberto Grau, dirigidos por la maestra María Guiando, y el Polifonico Rafel Suárez, dirigidos por la maestra María Colón ; ambas provenientes de la ciudad de Caracas.

El concierto de gala de aquel aniversario se programó para ser realizado en el auditorio del Liceo Nueva Esparta, el día 15 de diciembre del año 84.

En la madrugada de aquel día , en medio de la expectativa por lo que se suponía que era mi concierto de despedida, mi abuela se acercó a mi cama y me dijo: “.. Roki, levántate, Papalino murió“.

Mi Bisabuelo, Don Lino Gutiérrez, destacada figura de la música en Margarita, contaba con 107 años para ese momento y durante los últimos meses de su vida estuvo viviendo en la casa de mis abuelos, misma dónde yo viví en mis tiempos de universitario acá en la Isla.

Una vez realizados los trámites de rigor y acercándose la hora del concierto, me acerqué para hablar con mi abuela y le dije; “.. yo no voy a ir al concierto; creo que es mi deber guardar respeto por Papalino“.
Mi abuela, Josefina, que como toda Guaiquerí siempre fue la voz de mando de aquella casa, me dijo en un tono entre dulce y autoritario: “.. Papalino se sentirá feliz de que tú asistas a tu concierto de despedida; el es músico y sabe lo importante que es para tí

Así lo hice.

En aquel concierto se guardó un minuto de silencio en memoria del maestro y, mis compañeros de coro, me otorgaron una placa de reconocimiento, la primera que recibí en mi vida.

La herencia de ser bisnieto de ese gran músico me ha acompañado como un enorme regalo durante todos estos años y hoy, cuando se cumplen 39 años de su partida, en su memoria, celebro el 45 aniversario (a la vieja usanza) de la agrupación que me formó y me permitió representar a la UDONE, el estado y el País, por tantos y tantos escenarios dentro y fuera del territorio nacional y que a la postre se convirtió en el proyecto artístico más prolijo de la UDONE.

Oficialmente habría tenido que escribir está nota el día de ayer, 14 de diciembre, fecha en la que ocurrió aquel primer concierto dirigido por el Prof. Pedro Luis González Gil, realizado en la Casa de la Cultura Nicolás Eugenio Navarro de la ciudad de La Asunción en 1978, pero hoy lo escribo en agradecimiento a quien ha marcado mi vida con la más hermosa herencia musical; el maestro Don Lino Gutiérrez, a quien también debo mi arraigado sentido de pertenencia para con la etnia más hermosa de este mundo; los Guaiquerí.

Mtro Roki José Viscuña Gutiérrez / Patrimonio Cultural Viviente del estado Nueva Esparta

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