La grey zuliana se prepara para vivir un momento de profunda devoción este Viernes Santo, con la tradicional procesión del Santo Cristo Negro de Maracaibo, que este año conmemora 425 años de historia y fe. La venerada imagen, calificada junto a la tablita de la Chinita como una santa reliquia por sus extraordinarios orígenes y los numerosos milagros atribuidos por el pueblo, representa a Cristo crucificado y se erige como una de las joyas de piedad más queridas por los maracaiberos.
El presbítero Néstor Primera, párroco de la Catedral San Pedro y San Pablo de Maracaibo, recordó la profunda significación de esta santa reliquia en el marco de la Semana Mayor. «La Catedral es el centro de veneración a esta santa reliquia, popularmente conocida como el Cristo Negro de Maracaibo que cumple 425 años y es una de las más visitadas por los feligreses, quienes con mucha fe, solicitan la intervención del Padre, para reconfortar los corazones», expresó el sacerdote. Asimismo, extendió una invitación a la comunidad a participar en la solemne procesión que recorrerá los alrededores del templo este Viernes Santo.
La historia del Santo Cristo Negro de Gibraltar, una talla de madera de autor desconocido elaborada en el año 1600, está marcada por un evento trascendental. Originalmente perteneciente al poblado de San Antonio de Gibraltar, al sur del Lago de Maracaibo, la imagen sobrevivió milagrosamente a la destrucción e incendio de la iglesia por la nación Quiriquire en el año 1600, durante su resistencia a la invasión y conquista española. Este hecho fue interpretado como un milagro, lo que motivó su traslado a Maracaibo mientras se reconstruía Gibraltar.
Sin embargo, al reconstruirse el templo en Gibraltar, los lugareños solicitaron la devolución de su preciada reliquia, a lo que los maracaiberos se negaron, dando inicio a una disputa que trascendió el Atlántico. El cronista Fernando Matheus relata que «la competencia cruzó el Atlántico como todas las ventiladas en las capitales de América, en solicitud de una solución real».
La tradición cuenta que el Consejo de Indias delegó la decisión al propio Cristo, ordenando que la imagen fuese embarcada y que el viento la llevara hasta la orilla del Lago donde debía permanecer. Las olas del Coquivacoa guiaron la embarcación con la disputada imagen hasta las costas de Maracaibo, donde reside desde entonces.
La fama del Santo Cristo Negro trascendió fronteras, llegando hasta España, donde se le erigió un altar en la Catedral del entonces Patriarcado de Indias en Sevilla, puerto desde donde zarpaban las naves hacia el Nuevo Mundo y, en particular, hacia Maracaibo.
Este Viernes Santo, la fe del pueblo maracaibero se manifestará una vez más en la procesión del Santo Cristo Negro, renovando la devoción y la esperanza que esta venerada imagen ha inspirado durante 425 años.
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