Décima de Luis Antonio Rodríguez (El pintor maravilloso)
Llevan al muerto bailando
salsa, merengue y balada,
y el muerto no sabe nada,
va su familia llorando.
Tiempo que eso está pasando
si es joven no debería,
porque un joven, es un día,
cuando es viejo son semanas;
y el entre todas sus canas
allí guardó su alegría.
Décima de Evaristo Marcano Marín
Todo ha cambiado en el mundo
Cambio la forma de hablar
Para solo preguntar
La «x»y la «P» es rotundo
Esto no es cambio profundo
hay muchos antivalores
es grosero y sin amores
la vida va sin motivo
Y si dejas de estar vivo
Te suenan bien los tambores
Décima de Alfonzo José Velásquez
Llevan al muerto bailando
Le gustara o No, la "Rumba"
Ya que apresado en la Tumba
Sus pases van olvidando
Y aquí están aplicando
Su retiro poco a poco
Así otro refrán evocó
Que en dureza sobresalta
Quien se va… no hace falta
Y Quien se muere: "Tampoco"
Décima de Pedro Marín Bello (El cachaplas)
Llevan al muerto bailando
Entre palos de aguardiente
La mayoría de la gente
Van riéndose disfrutando
Los familiares llorando
Con su dolor van muy serio
Cada quien con su criterio
Lo digo de polo a polo
Y después lo dejan solo
Huérfano en el cementerio
Décima de Emigdio Malaver
Allí guardó su alegría
sus ilusiones y sueños,
sus trabajos y empeños
que murieron ese día.
muy triste fue su agonía
con aquella enfermedad
Que le dolió en realidad,
que no lo dejó divertir
pero hoy él al morir
el baile es una verdad.
Décima de Manuel Araguallán
La gente está equivocada
cuando llevan al difunto,
con baile y con llanto junto
hasta la última morada.
Eso es una payasada
que causa rabia y dolor,
porque lo hacen sin honor
hacia la estrella fugaz
que se quieren ir en paz
a los brazos del señor.
DIGOOOO…YOOOOO
Décima de Ovel Silva
Llevan al muerto bailando
Con miniteca o conjunto
Ya no estiman al difunto
Lo van como festejando
Y de paso van brindando
Whisky en arta y refrigerio
En éste acto tan serio
Ya no hay quien los respete
Y hasta le tiran cohete
En el mismo cementerio
Décima de Manuel Lezama Alejandro
Llevan al muerto bailando,
allí guardó su alegría,
eso era lo que quería,
por eso vivía tomando.
Ahora estoy observando
que el compadre se acercó
y a la comay murmuró
"comadrita no se aterre,
no busque quien se lo entierre,
que al compay lo entierro yo".
Recopilación: Evaristo Marcano Marín
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