En estos días y en nota que preparé a partir de la Moria de Nueva Esparta del amigo Heraclio Narváez, dije que con la crónica del amigo Heraclio Narváez, había conocido a Margarita Esparta, una escritora margariteña, que me pareció muy poco conocida. Dije que no había tenido la oportunidad en ese momento de tener un escrito suyo y tampoco una imagen.
Mencioné que el cronista Dr. Ángel Félix Gómez en su trabajo sobre escritores de Porlamar, preciso que ella era dueña de tres libros: Cayuco ( 1961), Tiempo y espacio (1970) y Voces del mar (1965).
El amigo Frank Tabasca me envió una digitalización, que recientemente había hecho de Cayuco. En una de estas digitalizaciones preparada por el amigo Frank Tabasca, observo que su producción literaria fue mayor.
Obras de su autoría
- 1)Cayuco (Poemas). Editorial Senda-Avila. Caracas, 1961
- 2) Voces del Mar (Poemas). Ediciones Fragua-Adán Gráfica, S.A. Caracas, 1965 .
- 3) Tiempo y Espacio (Poemas). Editorial Linopren, S.R.L. Caracas, 1970.
- 4) Homenaje al Libertador: Simón Bolívar en el Bicentenario de su nacimiento. Gráficas León, S.R.L.
- 5) Crónicas margariteñas. Gráficas León, S.R.L Caracas, 1986.
- 6) Vacaciones y otros relatos. Gráficas León, S.R.L. Caracas, 1988.
- Trabajos Inéditos:
- 7) El destinado Francisco Fajardo. El primer caballero hispanoamericano.
- 8) Poemas Varios.
Su obra: Vacaciones y otros cuentos, es parte de sus inicios como escritora. Cuenta, que estos cuentos olvidados se los encontró en una caja donde guardaba escritos de su juventud. Este de Vacaciones, es una historia que muestra cómo ella se va haciendo. La cercanía con su familia le va dando consistencia como ser humano. En este cuento le apareció el azul con sus diversas tonalidades.
En Cayuco hay un trabajo con el título de promesa que recoge una historia hermosa. Un viejo frente a la Virgen del Valle, cumpliendo con la palabra que le dejó antes de irse a los Caños a buscar vida. El Viejo a su regreso, se manifiesta como un auténtico margariteño. La ganas y la fuerza para cumplir con su promesa.
Cito:
«Te ofrecí, si regresaba con bastante plata, mandar a decirte una misa cantada y encender muchas velas a tu lado, tantas, cuantos favores me dispensaras.
Y aquí estoy para cumplir mi promesa porque soy hombre de palabra!
Este primer fuerte de velas, porque volví, te he visto y tengo para comprarlas.
Y vaciando el mapire sobre su mano ancha, un retintín de monedas agitadas se esparció por la Iglesia, cual música sagrada.»
En esta obras y en vacaciones y otro cuento, nos permite verla como un ser muy compenetrado con su existencia de sal y de azul.
Texto: Evaristo Marcano Marín
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