La fe y la alegría invaden el país ante el inminente anuncio de la canonización de dos de sus más grandes figuras: el Dr. José Gregorio Hernández y la Madre Carmen Rendiles. Esta noticia, calificada como una «fiesta espiritual gigantesca«, ha sido recibida con profundo gozo por el obispo de Margarita, Fernando Castro Aguayo.
Monseñor Castro expresó su inmensa alegría por la confirmación del Papa León XIV sobre las fechas de canonización de estas dos luminarias venezolanas. «Es una gran noticia, una fiesta espiritual gigantesca que refresca el alma«, afirmó, destacando la trascendencia de este evento para la nación y la Iglesia católica.
El obispo de Margarita dedicó sentidas palabras al Dr. José Gregorio Hernández, a quien describió como «un ciudadano ejemplar y un hombre de Dios«, un verdadero modelo del «venezolano posible«. Resaltó su capacidad de combinar la excelencia profesional con un servicio desinteresado. «Fue un hombre que creó país, fundó universidad, amó la paz y ennobleció las actividades cotidianas, mostrando que el trabajo diario, hecho con dedicación y cara a Dios, es santo», enfatizó Monseñor Castro.
Explicó que la canonización es el reconocimiento público de la santidad de una persona por parte de la Iglesia, presentándola como un modelo a seguir para los fieles. En el caso de José Gregorio, su vida terrenal estuvo marcada por su incansable labor como médico. Trajo técnicas avanzadas desde Europa y fue un pilar fundamental en la creación del Hospital Vargas, un referente médico en Latinoamérica. «Es un hombre con los pies en la tierra, con los zapatos llenos de polvo en la antigua Caracas, que sirvió a sus paisanos y vivió de la misa, los sacramentos y la oración», recalcó el prelado.
Monseñor Castro también hizo hincapié en la inspiradora figura de la Madre Carmen Rendiles, fundadora de las Siervas de Jesús. La describió como «una mujer impresionante» que, a pesar de sus limitaciones físicas, fue una fuerza motriz detrás de numerosas iniciativas educativas y asistenciales en Venezuela, con un impacto significativo en la isla de Margarita.
Finalmente, el obispo Fernando Castro Aguayo hizo un ferviente llamado a todos los bautizados a participar activamente en la misa dominical, describiéndola como «la fuerza y la gasolina» necesaria para vivir santamente la semana. Instó a los fieles a seguir el luminoso ejemplo de vida de José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles, quienes dedicaron sus vidas al servicio de Dios y del prójimo.
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