Notas Lingüísticas: ¡Aquí se habla neoespartano!

El lenguaje representa la conditio sine qua non en la acción e interacción del ser humano. Esto lo convierte en la pieza fundamental en el desarrollo socio-cultural de los pueblos, y lo erige como parte de su identidad y como su mejor carta de presentación.

Existen cuatro componentes lingüísticos que influyen en la forma de hablar y escribir: Fonético, en la entonación que damos al pronunciar, o en la alteración que inconscientemente hacemos en los puntos de articulación en fonemas tales como, /r/, /l/, /d/ (arcardía, cambul, pesca’o sala’o); morfo-sintáctico: en las palabras que sufren alteración en su representación grafémica, lo cual afecta su morfología y su sintaxis, por ejemplo lo que ocurre con los términos murciégalo / murciélago, cabestrante / cabrestante, o con términos adoptados de otros idiomas tales como Psicología / Sicología, Whisky / güisqui; y semántico, en las transposiciones constantes de palabras y expresiones propias de un contexto y / o de una actividad determinada, a contextos y actividades distintas (anoche ‘pescó’ una cesta de corocoros / El domingo ‘pescó’ una borrachera).

El habla también está profundamente influenciada por las características geográficas. Verbigracia, no es lo mismo hablar en un espacio cerrado, con buena acústica y que permita el uso de un tono de voz moderado que favorezca la recepción, eficacia y efectividad del mensaje; que hablar en un espacio abierto, donde, además de carecer de las condiciones acústicas necesarias, se deban sortear interferencias que obstaculizan una buena recepción.

Estas características justifican el tono elevado y rapidez en el habla de los neoespartanos; sobre todo de los habitantes de las costas, quienes enfrentan la amplitud geográfica que proporciona el mar y el ruido que genera el viento, por lo que deben elevar el tono de voz al hablar. Además, estos hablantes deben aprovechar el reflujo de las olas y el cesar del viento para, en ese espacio de tiempo, encodificar lo más rápido posible el mensaje que desean transmitir, y éste, a su vez, pueda llegar sin problemas al receptor. Esto diferencia a los hablantes orientales de los hablantes andinos y centrales, de tono bajo y pausado; sin embargo nos acerca mucho a los hablantes occidentales (Zulia y Falcón), donde las características geográficas se asemejan a las nuestras.

Lo verdaderamente importante de estas variedades lingüísticas, es que se vean como las partes de un TODO denominado habla venezolana. No se trata, pues, de que determinada región hable más bonito o más feo que otra, sino que simplemente responde a características sociales, geográficas y culturales diferentes, lo que desde mi óptica enriquece grandemente nuestra lengua materna.

Texto: Prof. Celis Rodríguez Serrano / celisrose@hotmail.com / @CelisRodrguez     

Imagen: Evarez 

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