La comunidad latina de la iglesia católica St. Mark The Evangelist en Tampa se vistió de gala para conmemorar los 373 años de la aparición de la Virgen de Coromoto, Patrona de Venezuela, en una emotiva ceremonia que unió a los migrantes en un abrazo de fe y nacionalismo.
El presbítero venezolano Lubín Moreno, de visita en el país, ofició la eucaristía, asistido por el diácono José Moronta. Durante la misa, elevaron plegarias por la protección de Venezuela, en un ambiente que desbordó alegría y lágrimas de nostalgia entre los asistentes.
Música venezolana en el corazón de la liturgia
Los venezolanos asistieron masivamente para agradecer y compartir este momento con otras comunidades hispanohablantes. La misa, que duró de principio a fin, fue un despliegue de ritmos y melodías nacionales, gracias a la participación de The Nucleos Orchestra, una sinfónica juvenil de Orlando, y las corales WattakaTampa y Wattaka Kids. Estas agrupaciones, dedicadas a la difusión del folclore venezolano, interpretaron una mezcla de piezas clásicas, como el «Gloria» de Vivaldi y el «Haleluya» de Haendel, junto a joropos emblemáticos como «Amalia» y «Alma Llanera».
Una de las interpretaciones que conmovió profundamente a los presentes fue «Pasillaneando», una pieza del compositor guanariteño José La Riva Contreras. La emotiva interpretación fue compartida y aplaudida entre lágrimas por los venezolanos que añoran su tierra y sus costumbres.
Bajo la dirección de Astrid Pargas, Luis Manuel Orozco y Benito Liendo, las corales y la orquesta iniciaron la ceremonia con el Himno a la Virgen de Coromoto. El repertorio fue un recorrido musical que honró a la Virgen Llanera, abarcando ritmos de Zulia, Lara, Portuguesa, el oriente del país.
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