Entiendo yo por lo leído, que la vida de María Magdalena está muy en penumbra. Está penumbra no escapa a la manera como la iglesia vino caminando en su historia. Independientemente de cualquier situación real o calculada con mal juicio; María Magdalena habla bien del gran corazón de Jesús y de su proyecto de vida.
Esta relación Jesús y María Magdalena cabe o encaja perfectamente con el ser que fue Jesús y puede verse como un elemento central de una las instituciones creadas por Jesús.
María Magdalena estuvo en los momentos difíciles de Jesús en la Cruz. Allí estuvo viviendo ese dolor. Se cuenta que fue ella la responsable de cuidar el sepulcro.
Maria Magdalena fue la primera en darse cuenta de la ausencia de Jesús en el sepulcro y ella (por alguna razón) fue la primera persona en ver y hablar con Jesús resucitado.
Nos podemos imaginar, cuánta emoción y alegría pudo haber en esa palabra: ¡Rabbóni!, que le salió a María Magdalena del corazón al ver a Jesús.
¡Mi maestro!, tuvo que llevar una gran carga de emoción.
Jesús le habló y fue ella la responsable de llevarle la nueva a los discípulos. María Magdalena no dudo, que ese era su Rabboni.
Décima
¡Rabboni! con alegría,
María, al verlo gritó.
Muy fuerte emoción sintió
cuando Jesús le decía:
Quiero que vayas María
porque pronto partiré.
Al cielo ya subiré
di María que tu has visto;
a tu hermano Jesús Cristo
y con mi padre estaré.
Texto y Recopilación: Evaristo Marcano Marín
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