La Nochebuena de San Juan: Un ritual ancestral que enciende Venezuela

La Nochebuena de San Juan: Un ritual ancestral que enciende Venezuela

Cada 23 de junio, al caer la tarde, Venezuela se sumerge en una atmósfera de misticismo, fervor y alegría desbordante. Es la «Nochebuena de San Juan«, la víspera de la festividad de San Juan Bautista, una celebración que, aunque arraigada en el calendario cristiano, hunde sus raíces en ancestrales cultos a la naturaleza y a las tradiciones afrovenezolanas.

Esta noche es mucho más que una simple espera; es el inicio de un ritual colectivo que se extiende hasta el día 24. Las comunidades, especialmente aquellas con fuerte influencia afrodescendiente en las costas de estados como Aragua, Carabobo y Miranda (particularmente Barlovento), cobran vida con la energía de los tambores.

Tambores que resuenan, danzas que evocan

Los repiques de tambor son el corazón de esta «Nochebuena». Desde horas tempranas, los sonidos de la curbeta, el culo ‘e puya y el mina se fusionan en ritmos contagiosos que invitan al baile y al canto. Cofradías y sociedades de San Juan, muchas con décadas de trayectoria, organizan velorios al santo, donde los devotos se reúnen para cantarle, orarle y agradecerle favores concedidos. Se le entregan ofrendas de frutas, cacao y flores, elementos que conectan la celebración con la fertilidad de la tierra y la abundancia.

En lugares como Curiepe, en Miranda, la emoción se desborda al mediodía del 23, cuando las 12 campanas anuncian la llegada de esta noche mágica. En La Vega, Caracas, la Cofradía y Sociedad de San Juan Bautista, con más de medio siglo de trabajo cultural, es pionera en mantener viva esta tradición en el ámbito urbano, demostrando que el espíritu de San Juan trasciende los límites geográficos.

Rituales de purificación y esperanza

La noche de San Juan, asociada también con el solsticio de verano en el hemisferio norte, es vista como un momento de purificación y renovación. Aunque las hogueras no son tan prominentes como en otras latitudes, la conexión con los elementos naturales es palpable. Se dice que el agua de ríos y mares a medianoche posee propiedades especiales para la buena suerte y la salud.

Algunos rituales populares, que se practican tanto en esta noche como durante el día de San Juan, incluyen:

  • Bañarse en el mar a medianoche: Se cree que esto atrae la buena salud y purifica el espíritu.
  • Saltar olas de espaldas: Se dice que ayuda a eliminar las energías negativas.
  • Quemar deseos o miedos: Escribir anhelos o aquello que se desea dejar atrás en un papel y lanzarlo al fuego (o, en un contexto más controlado, a una vela) para liberarse y atraer nuevas energías.
  • Recoger hierbas de San Juan: Algunas personas creen en el poder de ciertas plantas aromáticas recogidas en esta noche para atraer la buena suerte.
  • Pedir deseos bajo una higuera: La tradición popular sugiere que si se pasa la medianoche bajo una higuera con una guitarra, se aprenderá a tocarla, un guiño a la conexión entre la naturaleza y las habilidades.

Un legado de resistencia cultural

La fiesta de San Juan en Venezuela es un poderoso símbolo de resistencia cultural. Nació en el seno de las comunidades afrovenezolanas, quienes, bajo la opresión colonial, encontraron en estas celebraciones una forma de mantener vivas sus creencias, valores y su profunda conexión espiritual. La mezcla de la fe cristiana y las raíces africanas creó una sincretismo cultural único que hoy se manifiesta en la alegría desbordante, el canto, el baile y la devoción que caracterizan esta festividad.

Mientras los tambores resuenan y las voces se alzan en alabanza, la «Nochebuena de San Juan» es un recordatorio vibrante de la riqueza cultural de Venezuela, un momento en el que el pasado y el presente se entrelazan en una celebración de vida, esperanza y el inquebrantable espíritu de un pueblo.

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