Caminaba como otras veces, por el espacio de la antigua conucá que en mi niñez llamábamos «Los Robles». El nombre respondía a que justo en ese sitio crecían muchos robles y había uno muy grande donde los turpiales «gustaban» de hacer sus nidos.
Aún se ven robles frondosos en ese espacio. En un momento de la caminata, me detuve porque muy cerca de donde estaba y en una mata de guamache, había una auténtica miríada de Guacharacas. Jamás había podido ver algo parecido. Amusgué mis ojos para cerciorarme o tener una idea de cuántas podían estar en el guamache . Efectivamente frente a mi y en esa mata, estaban tantas guacharacas que no pude ser capaz de imaginarme, cuántas se mostraban con sus alborotos. ¡Una miríada!
Recopilación: Evaristo Marcano Marín
Únete a nuestro canal en Telegram.
¿Eres talento venezolano y deseas que publiquemos tus notas y sonemos tu música? Envíanos el material a otilcaradio@gmail.com
Contribuye con la promoción y difusión de la
producción artística venezolana, realiza tu aporte



