Las brujas en el folclore venezolano

Las brujas en el folclore venezolano

El imaginario colectivo venezolano está profundamente tejido por mitos y leyendas que, a menudo, toman el oscuro y cautivador sendero de la brujería. Más allá de la figura clásica de la hechicera europea, la bruja en Venezuela se inserta en un rico tapiz de creencias que fusionan la tradición indígena, la herencia africana y el sincretismo religioso, como el culto a María Lionza.

La Bruja Venezolana: Magia Negra y Transformación

En el folclore popular, la bruja venezolana es descrita como una mujer dedicada a las artes de la magia negra, buscando beneficios propios o, más comúnmente, causando desgracias a otros. Su existencia está ligada a rituales y a la capacidad de transformarse, o de actuar por medio de la noche.

  • El Vuelo y la Sal: Una creencia muy difundida sostiene que las brujas pueden volar, a menudo usando escobas o saliendo por las chimeneas. Al igual que en otras culturas, existe el ardid para identificarlas: si se escucha su aleteo o andar por el tejado en la noche, se le debe gritar: «¡Venga mañana por sal!». La persona que al día siguiente se presente en la casa a pedir este producto es señalada como la hechicera.
  • Transformaciones Animales: Se dice que las brujas pueden adoptar la forma de animales nocturnos, como perros, gatos negros o zorros, para realizar sus fechorías, incluyendo la persecución de personas o el ataque a gallineros.
  • Los «Zánganos»: La creencia popular no excluye a los hombres de estas prácticas. A aquellos hombres que se dedican a las artes oscuras no se les llama brujos, sino «zánganos».

Leyendas Emblemáticas y Conexiones Espirituales

El mito de la bruja se entrelaza con figuras más grandes del bestiario sobrenatural venezolano y con prácticas espirituales arraigadas:

  • Las Brujas de Mérida: En la región andina, particularmente en Mérida, se habla de brujas o espantos femeninos como «La Dientona» (o «La Taconera» en Trujillo).
  • La Bruja de Belén: Una leyenda en el estado Mérida relata la historia de un joven parrandero que comienza a tener extrañas marcas en el cuello y a sufrir un decaimiento inexplicable, síntomas que la abuela y una rezandera atribuyen a una bruja que lo estaba «secando» tras haber visitado el parque de noche.
  • El Culto a María Lionza: Aunque la figura de María Lionza, la diosa indígena dueña de la montaña de Sorte, es un símbolo de la naturaleza, la fertilidad y el amor, su culto se ha convertido en el centro del espiritismo venezolano. En él, practicantes (a veces denominados «brujos» o «espiritistas» por los foráneos) realizan rituales y peticiones a las diferentes cortes espirituales que la acompañan, buscando desde la cura de enfermedades hasta la solución de problemas personales.

Brujería y Contexto Sociopolítico

Históricamente, la creencia en la brujería en Venezuela ha estado ligada a la búsqueda de explicaciones para males inexplicables o como recurso de sanación alternativa, especialmente en zonas rurales donde el acceso a la medicina tradicional era limitado. Se cuenta que en el pasado, ante enfermedades como el herpes zóster (culebrilla), se recomendaba acudir a un «brujo» o «yerbatero» para que lo curara con rezos y líquidos especiales, incluso por indicación de algunos doctores.

En tiempos más recientes, figuras políticas han sido relacionadas con prácticas espirituales y esotéricas, lo que subraya la profunda injerencia de estas creencias en la cultura y la vida pública venezolana.

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