El Museo de Arte Contemporáneo del Zulia (Maczul) recibe en sus espacios, a la artista Malu Valerio (@maluvaleri) quien trae su exposición Morada, refugio y encierro.
La artista define la esencia de Morada, Refugio y encierro , donde los implementos de uso cotidiano, empleados como las herramientas útiles para la materialización de la violencia, han sido parte de la búsqueda que devela un entramado de acciones plásticas que ayudan a dar cuenta del incremento por crímenes de femicidio en el núcleo familiar, tanto en el país como en Latinoamérica.
Sobre Malu Valerio:
Malu Valerio, Cumaná, 1982. Licenciada en Artes Plásticas -Pintura, del Iuesapar, 2007.
Durante 1997 realizó estudios artísticos en Perú, Chile, Paraguay y Brasil.
Desde 2010 se ha dedicado a conocer comunidades indígenas y campesinas en los estados Mérida, Amazonas, Lara, Zulia, Anzoátegui y Monagas en Venezuela, para incorporar modos de procesamiento de materiales a los proyectos. Busca ampliar vivencias propias y hacerlas lenguaje habitual. Explora problemáticas de género, la intimidad y lo público, el cuerpo, la vulnerabilidad, el silencio, la animosidad humana ante afrentas sociales desde una estética post feminista y ornamentada.
Desde 2003 desarrolla propuestas basadas en el oficio textil con enfoque de género. Entre 2015-2016 inició el proyecto “Es una buena chica” el cual es una investigación en la que explora la problemática del femicidio íntimo. A partir de la noticia de un caso de violencia acaecido en el estado Táchira. «Este caso me generó gran impacto por lo que decidí analizarlo desde sus implicaciones colectivas, entendiendo el espacio doméstico -el lugar de resguardo capital- como ése recinto donde acontecen más del 50% de los hechos violentos contra las mujeres en el mundo.»
La artista afirma que dando continuidad a esta intención de denunciar hechos de violencia de género y femicidio, trabaja en el proyecto Morada Refugio y encierro, una suerte de recorrido que confronta el cuerpo de una mujer como el territorio de la dominación, en su relación con lo doméstico -como refugio y encierro-, reflejando hábitos de reclusión social de las mujeres al espacio íntimo, al silencio y a la sumisión.
En Morada se abre el archivo, en el que objetos textiles, fotografías de fragmentos corporales, documentos jurídicos y personales, que se disponen como elementos interventores del espacio de la casa, aprovechando la figura de las ventanas como posibilidad de acceder a lo exterior desde la mirada confinada.
El Maczul reitera la invitación al público en general para asistir a esta extraordinaria exposición.
Fuente: https://www.panorama.com.ve
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