El Carnaval

Desde la Edad media y el Renacimiento, los festejos del Carnaval ocupaban un lugar importante en la vida del hombre, se celebraban actos que llenaban las plazas y calles. En el Carnaval no habían espectadores, el Carnaval era para vivirlo, ya que estaba hecho para el pueblo y no había otra vida que la del Carnaval en la que cada individuo participaba. En este sentido el Carnaval no era espectáculo sino una forma concreta de la vida misma en la que sin escenario, sin tablados, sin actores, sin espectadores se transformaba en vida real.

Todo se desarrollaba durante los días que precedían la cuaresma. A diferencia de las fiestas oficiales, el Carnaval era una especie de liberación transitoria, no había jerarquía, todos eran iguales, el contacto era libre entre personas separadas en la vida cotidiana por su condición, su fortuna, su empleo, su edad y jerarquía, se liberaban de las normas de etiqueta y las reglas de conducta. Se convierte la cultura popular en una parodia de la vida cotidiana. En esta época se usaba un lenguaje carnavalesco sobre todo el vulgar. Estaba considerado como la cultura cómica popular de la Edad Media. Con el tiempo los espectáculos carnavalescos quedaron relegados a la vida privada y familiar, se restringe más las fiestas dejando de ser la segunda vida del pueblo.

La máscara expresaba la alegría, la negación de la identidad encarnaba el principio del juego de la vida. Su simbolismo es bastante complejo e inagotable aunque aún conserva su naturaleza natural y carnavalesca, la máscara disimula, transforma o espanta; tiene su origen sobrenatural y legendario que además de disimular, modifica un sentimiento, un gesto o un acto. La que espanta está destinada a causar miedo y por lo general su aspecto es grotesco una poderosa arma de quien la posea.

Para referirme al Estado Nueva Esparta, éste ha experimentado cambios en muchos aspectos y los carnavales son uno de ellos. Antes las fiestas eran muy diferentes en los Pueblos de Margarita y Coche, jugaban con agua durante todo el día, colorantes como añil, polvo, harina, luego este poco a poco desapareció por ser sustancias nocivas, aunque muchas veces el juego era entre familiares y amigos. En horas de la tarde las familias se sentaban en las puertas de sus casas a ver pasar los disfrazados como les decían antes, pasaban las carrozas con sus reinas, carros adornados así hacían su recorrido por last calles del centro de Porlamar y sus alrededores, estos tiraban papelillos, serpentinas, objetos diversos como jabones, cajitas de polvo y las pichas o caramelos, los muchachos apostados en las esquinas gritaban ¡Picha!, ¡Picha!.

Esto también poco a poco fue desapareciendo, hubo una época en que cada calle elegía su reina y todos los de la cuadra hacían una comparsa para luego desfilar por las calles de Porlamar. Ahora el Carnaval se ha institucionalizado con desfiles programados.

Texto /María J. Salazar De Rojas. (Patrimonio Cultural Viviente del Estado Bolivariano de Nueva Esparta. Fundadora/Directora Coral Niños Cantores de Margarita)

Foto década da de los 80′: Lorimer Rojas (+) Patrimonio Cultural del Estado.

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