No conocía personalmente a Fucho, pero ya me habían advertido que era un perfecto zampabollos.
El día pautado para el encuentro en la casa de Meche y convenido para preparar un hervido de gallina, me enteré que estaría Carlos el de Geña, José el de Chila, Juan el de Lina, Fucho y Maneque.
Así que el día antes para ese encuentro, tomé la precaución y en vez de dos kilos de verduras que me habían pedido de contribución para el sancocho, compré 5 kilos y en vez de tres paqueticos de casabe me lleve tres tortas.
Si Fucho era efectivamente un zampabollos, seguro disfrutaría del momento y quedaría muy contento.
Texto: Evaristo Marcano Marín
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