Antiguamente, en las instalaciones de la Universidad Central de Venezuela (UCV), existían unas residencias femeninas que posteriormente fueron usadas para la creación de las escuelas de Comunicación Social y Nutrición y Dietética haciendo con esto un gran cambio en la institución pero que no gustó a alguien que no se separó de allí.
Para evitar que las muchachas trajeran a la residencia a los hombres, el presidente de la Rep+ublica de entonces, Marcos Pérez Jiménez, pidió a unas monjas que cuidaran el lugar.
La historia cambió cuando una de las religiosas se enamoró de uno de los bachilleres y en su tristeza de amor no correspondido se suicidó en la que hoy es la sala de fotografía donde aun su espíritu aterroriza a todo aquel que la ha visto.
Muchos la han visto caminar por los pasillos o de pie en la oscuridad del cuarto de fotografía de la Escuela de Comunicación Social y dan fe de lo aterrador que es. En una oportunidad un profesor la vio y fue tanto el susto que no quiso entrar más en la sala.
Fuente: lissyfatima / Cuentos que nos son cuentos
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