Los años bisiestos

Cada cuatro años, los calendarios tienen una particularidad: suman un día más, concretamente el 29 de febrero. Este hecho es una anomalía que se debe a que la Tierra no tarda 365 días exactos en dar una vuelta al Sol. Se demora un total de 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos.

Para ajustar ese desfase, cada cuatro años, se suma un día al calendario, por lo que, en vez de tener 365 días, este 2024 tendrá 366 días. ¿Y qué significa bisiesto? Pues se trata de una palabra que deriva del latín “bis sextus dies ante calendas martii” (“repetido el sexto día antes del primer día del mes de marzo”).

Lo cierto es que febrero es el mes más corto del calendario y el más atípico, el menos en cuanto a número de días. En primer lugar, porque tiene menos que el resto y, en segundo lugar, porque, en función del año, puede ser que dure un total de 28 días o 29, como es el caso de 2024.

De esta manera, existen los años bisiestos. Y son aquellos cuyas dos últimas cifras son divisibles por cuatro, como el pasado 2016, el 2020 o el 2024. Y como lo serán el 2028, 2032 y siguientes.

No obstante, es una aproximación y ese ajuste no exacto. Para solventarlo, el calendario gregoriano habla de años seculares y no seculares, siendo los primeros múltiplos de cuatro y los segundos, de 400. De esta manera, se eliminan como bisiestos tres de cada cuatro años seculares, como explica National Geographic. Es decir, los años 1800 y 1900, pese a ser divisibles por cuatro, no lo son por 400, y no fueron considerados como bisiestos. Sí lo fue el año 2000, puesto que se podía dividir por 400 y por cuatro.

Fuente: AS

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