Notas lingüísticas: La lengua y el entorno sociocultural

“Cuando un diplomático dice sí, quiere decir quizá; cuando dice quizá, quiere decir no; y cuando dice no, no es un diplomático. Cuando una dama dice no, quiere decir quizá, cuando dice quizá; quiere decir sí, y cuando dice sí, no es una dama”.    

Voltaire

La enseñanza de la lengua materna tradicionalmente se ha orientado hacia el plano referencial y estructural; es decir, hacia el aspecto morfo-sintáctico del idioma. Mientras que el plano del significado, relativo al aspecto semántico-pragmático, ha sido relegado.

Es importante el conocimiento estructural de la lengua, por cuanto esto permite el desarrollo efectivo de la competencia lingüística (léxico), que es la capacidad que tiene todo individuo de encodificar y descodificar enunciados; sin embargo, el lenguaje se fundamenta en la competencia comunicativa (facultad de comunicarse), lo cual va más allá de la simple encodificación y descodificación.

La lengua debe ser concebida desde una perspectiva funcional, donde, según Halliday (1982), debe considerarse lo que ella puede hacer, o todo lo que cualquier hablante puede hacer con ella en una situación dialógica.

De acuerdo con esto, puede decirse que el lenguaje, además de informativo, cumple una función esencialmente comunicativa, en la que los hablantes pueden plasmar los roles que asumen y manifestar deseos, sentimientos, juicios y actitudes.

Esta función comunicativa está estrechamente ligada al contexto socio- cultural y situacional donde se desarrollan los actos de habla; es decir, el lenguaje debe estar organizado como discurso pertinente, y no sólo como palabras y oraciones proferidas con el único objeto de decir algo.

Muchas veces en el decir no está lo que  queremos decir.

Este carácter interactivo, dinámico y pragmático que caracteriza al lenguaje depende de los usuarios de la lengua y de la sociedad. Por lo que, en la mayoría de los casos, el lenguaje estandarizado que enseña e impone la escuela dista mucho del lenguaje que cada hablante maneja en su entorno. En este sentido, la enseñanza de la lengua materna y del lenguaje debe estar íntimamente relacionada con todo lo que implica la convivencia social. Asimismo, los docentes del área deben estar a tono con los avances alcanzados en el área comunicacional, sobre todo los relacionados con la enseñanza de nuestro idioma, más aún cuando en la actualidad los jóvenes interactúan en una sociedad cada vez más “agresiva” y, gracias a la globalización, son blancos fáciles de los bombardeos lingüísticos.

Texto: Prof. Celis Rodríguez Serrano / celisrose@hotmail.com / @CelisRodrguez      

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