La comunidad agrícola de Súcuta, ubicada a pocos kilómetros del corazón de Ocumare del Tuy, se encuentra inmersa en preparativos espirituales y comunitarios para conmemorar la 74ª edición de su tradicional y emotiva procesión en honor al Santo Cristo. Esta significativa manifestación de fe, que marca el preludio de la Semana Santa en la localidad, tiene profundas raíces históricas y un fuerte arraigo en el sentir de sus habitantes.
La venerada imagen del Santo Cristo, de un metro de largo por 60 centímetros de ancho, fue solemnemente descendida de su nicho el pasado domingo, marcando el inicio formal de los actos conmemorativos. La imagen ya reposa sobre su «Paso Profesional», una mesa de madera cuidadosamente preparada que será portada en hombros por devotos a lo largo del recorrido.
Jesús Mendoza, acólito de la parroquia San Diego de Alcalá y responsable de la capilla católica de Súcuta, describe esta procesión como mucho más que un simple desplazamiento físico. “Es un viaje espiritual que une a la comunidad en torno a la fe y la tradición, reflejando el eco vivo de una súplica atendida, una manifestación tangible de la gratitud de un pueblo y el preludio ceremonial de la Semana Mayor en Ocumare”, expresó con profunda emoción.
Los preparativos para este importante evento religioso y cultural han involucrado a toda la comunidad. Se han llevado a cabo diversas reuniones para planificar minuciosamente cada detalle, desde la delicada decoración con flores del «Paso» hasta la coordinación de las 15 estaciones que marcarán el recorrido. Este jueves por la tarde, los miembros de la comunidad, los costaleros (quienes tendrán el honor de portar la imagen) y los promeseros se reunirán en la capilla para adornar con esmero la mesa que llevará al Santo Cristo. Esa misma tarde, un Rosario congregará a fieles provenientes de diversos sectores para elevar sus oraciones y venerar la sagrada imagen.
El día central de la peregrinación será el viernes 11 de abril. A las 9:00 de la mañana, el sacerdote Juan Mijares oficiará una misa solemne en la capilla de Súcuta. Al finalizar la eucaristía, dará inicio la procesión, serpenteando a través de las 15 estaciones cuidadosamente dispuestas a lo largo de la comunidad. Estas estaciones abarcan puntos emblemáticos como el grupo escolar, pintorescos callejones, la histórica Hacienda Bolívar y diversos sectores residenciales, donde se realizarán lecturas bíblicas y se impartirá la bendición a los presentes. “Incluso aquellos lugares donde se encuentren pequeños altares serán puntos de recogimiento y veneración”, añadió el acólito Mendoza, resaltando la profunda fe que impregna cada rincón del trayecto.
La venerada imagen del Cristo llegará finalmente al templo del sector Sabana de La Cruz, donde permanecerá hasta la 1:00 p. m. del Jueves Santo. En ese momento, acompañado de las imágenes de la Santa Cruz, María Dolorosa, San Juan, María Verónica y María Magdalena, será nuevamente sacado en procesión con destino a la Basílica Nuestra Señora de Coromoto, ubicada en el centro de Ocumare. Allí se desarrollará la eucaristía y la significativa ceremonia de la Cena del Señor.
El acólito Jesús Mendoza extendió una cálida invitación a todos los feligreses y vecinos a unirse a esta emotiva celebración de fe y tradición en honor al Santo Cristo de Súcuta, elevando plegarias por fortaleza y bendiciones para el camino venidero.
Más de Medio Siglo de Fe que Floreció en la Sequía:
La profunda devoción que impulsa esta procesión tiene sus raíces en un momento de gran necesidad para la comunidad de Súcuta hace más de medio siglo. En 1950, una intensa sequía azotó la región, llevando a los habitantes del caserío a elevar sus oraciones con fervor por la llegada de la lluvia. La gracia divina se manifestó un Viernes del Concilio con la llegada del tan anhelado aguacero. En señal de profunda gratitud, la familia Veitía adquirió una imagen del Santo Cristo, dando inicio a una devoción que se arraigaría profundamente en el corazón de la comunidad.
Con el paso del tiempo, se construyó una capilla para albergar la sagrada imagen, y se estableció la tradición anual de llevar al Santo Cristo en procesión hasta el templo de la ciudad cada Viernes del Concilio. Esta herencia de fe ha trascendido generaciones, pasando desde Don Ramón Veitía hasta su nieta, Viviana Vargas Veitía, y otras familias devotas, entre ellas los Bolívar, quienes continúan este legado con profunda devoción. La ornamentación de la imagen ha sido una labor amorosa y constante de diversos miembros de la comunidad a lo largo de los años.
Según el acólito Jesús Mendoza, esta devoción surgió de la necesidad espiritual de los trabajadores de la antigua Hacienda Súcuta de contar con una figura religiosa que los guiara y protegiera. Exaltó cómo la comunidad se unió para adquirir la primera imagen y construir la capilla, marcando el inicio de una tradición anual que perdura hasta nuestros días como un valioso pilar cultural y religioso para la comunidad de Súcuta.
Nota de prensa
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