Renaldo José Ottolina Pinto, conocido simplemente como Renny Ottolina, es recordado como el «Número 1» de los medios en Venezuela y una figura cuyo legado como locutor, animador y productor sentó las bases de la moderna televisión y radio en el país. Su estricta disciplina, profesionalismo y un inconfundible carisma lo convirtieron en un ícono de la pantalla chica durante las décadas doradas.
El Locutor con Certificado de Excelencia
La trayectoria de Renny Ottolina comenzó en la radio, donde obtuvo su certificado de locución a la temprana edad de 16 años, en 1945. Su voz, culta, clara y siempre bien modulada, rápidamente lo llevó a formar parte de estaciones clave como Radio Caracas Radio y Radiodifusora Venezuela. Su afán por el conocimiento lo hacía dominar el español, el inglés, el francés y el italiano, una sofisticación que luego trasladó a su trabajo en la televisión.
De hecho, la importancia de su figura es tal que el 11 de diciembre (fecha de su natalicio) fue decretado como el Día Nacional del Locutor en Venezuela, un reconocimiento a su ejemplar labor en el uso del micrófono con ética y veracidad.
El Pionero que Revolucionó la Pantalla
A principios de los años 50, con el nacimiento de la televisión en Venezuela, Renny Ottolina dio el salto a la pantalla. Tras un fructífero viaje laboral a Nueva York, donde nutrió su conocimiento sobre producción y marketing audiovisual, regresó a Venezuela inspirado para crear programas de vanguardia.
Su carrera televisiva se catapultó en Radio Caracas Televisión (RCTV), donde dirigió varios espacios, pero fue en 1958 cuando lanzó el programa que se convertiría en la joya de la televisión venezolana: «El Show de Renny».
El Show de Renny: Disciplina y Estrellas Mundiales
«El Show de Renny« fue un programa de variedades sin precedentes. Ottolina, además de ser el carismático animador, era el productor y director, logrando presentar con su extraordinario carisma a las más populares estrellas internacionales de la época.
Su profesionalismo se tradujo en una disciplina inquebrantable que elevó los estándares de la producción nacional, integrando aspectos como la música (con la colaboración de Aníbal Abreu, director musical), el jingle en la publicidad y el baile.
Posteriormente, consolidó su fama con otro gran espacio, «Renny Presenta«, manteniendo un nivel de calidad que trascendía las fronteras y le valió reconocimientos internacionales, como un reportaje de cinco páginas en la revista Life en 1957, que enaltecía su labor bajo el título “Hace reír y ayuda a vender”.
Ottolina fue un hombre que siempre apuntó a la excelencia. Su legado comunicacional y su visión de la televisión como una herramienta de formación, además de entretenimiento (plasmada en campañas de concienciación y en programas como «Conocer a Venezuela»), lo consolidaron como el rostro más querido y respetado de los medios de comunicación en Venezuela.
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