Es una común frase, que resulta muy curiosa cuando sabemos el origen de la misma.
Según los datos históricos, cuando la Colonización Española, los Generales y algunos terratenientes tenían asignadas o eran dueños de grandes mansiones, las que tenían es espacios abiertos varias hamacas, que lógicamente se encontraban amarradas con fuertes mecates para dar comodidad a esas personas que allí descansaban. En muchas oportunidades, sirvientes u otras personas, jalaban algún extremo de lomecates que sujetaban las hamacas, para mecerlas y así dar disfrute a esas personas que allí reposaban.
Los que mecían las hamacas aprovechaban esos momentos para hacerle alguna petición a sus jefes, mientras seguían jalando el mecate para complacerlos y seguir meciéndolos. De allí viene la expresión en cuestión. Es una expresión usada en miles de sitios en Venezuela y otros países.
Como caso particular se cuenta que hasta el Libertador era una de las personas que allí descansaban y con él también se producían esas situaciones.
No está establecido que este asunto sea cierto, ya que no hay documentos de respaldos y solo quedan los relatos que se han venido transmitiendo de generación en generación.
Fuente: https://steemit.com/
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