Estaba recientemente en una bodeguita de mi pueblo, Pedrogonzález, cuando un joven llegó y solicitó a la bodeguera “un fresco de litrón”, sin ni siquiera mencionar marca o sabor. La bodeguera inmediatamente entregó al cliente un refresco de litro y medio, cobró y continuó con  su labor. Por supuesto noLeer más

Compartir