A finales del siglo XVII, Don Domingo Bragado, vicario de la ciudad de Barinas, adquirió unas tierras aledañas al río Santo Domingo. En aquel entonces el lugar era un hato al que denominó Santo Domingo de las Palmas, nombre que fue sustituido tiempo después por El Real.
Los indios que trabajaban en el hato de Santo Domingo, acostumbraban a pagar de sus ahorros una cuota para la celebración de la misa en honor a Santo Domingo. Por tradición colonial, el santo patrono de un lugar solía contar con una “esclava o prioste”, quien asumía la responsabilidad de sostener el decoro de la iglesia, recibía los escotes de la feligresía y los administraba. Se trataba de una persona especial, casi imprescindible a falta de sacerdotes en el lugar.
Una india piadosa de avanzaba edad, llamada Ana, que se distinguía entre todos los demás por su devoción al santo asumió la responsabilidad. Era ella quien recibía las donaciones o limosnas para mandar celebrar la misa de Santo Domingo el día de su fiesta, o cuando visitaba el hato un presbítero.
Un día, un devoto de la Virgen del Rosario, conocido como el Viejo Indio Francisco contribuyó para la celebración de la misa en honor a Santo Domingo, y le entregó a la india Ana dos reales. La india Ana guardó las dos monedas que había recibido del indio Francisco en una petaca que colgaba de un estantillo seco clavado en el suelo de su vivienda.
Al tiempo, debió mandar a celebrar una misa en honor a Santo Domingo, por lo que se dirigió a la vieja petaca para buscar las monedas que completarían los honorarios del celebrante y no las consiguió. Por lo que, consternada, sospechó de su marido y de su hijo Juan Gonzalo, y les reclamó la pérdida de las monedas.
Pasaron los días y tuvo que abrir de nuevo la petaca. Con alegría, vio que ambas monedas estaban dentro, pero mayor fue su sorpresa al observar que el real bamba tenía más ceros que los ordinarios. Cuando lo observó con detenimiento pudo apreciar que en vez del grabado común, había claramente el relieve de una silueta que le pareció de San Antonio.
Asombrada por el hallazgo llamó a su esposo y a su hijo, quienes también vieron la imagen. La noticia corrió como pólvora por el lugar. Todos los indios del hato de Santo Domingo de las Palmas se apresuraron a ver la extraña moneda. La gente no dejaba de hablar del maravilloso real de la india Ana.
Con el paso de los días, la silueta que apareció en el real se iba demarcando progresivamente. Al cabo de un tiempo, se podía distinguir la imagen de la Madre de Dios con el niño en los brazos. Los padres dominicos que estaban a cargo de la misiones de la provincia de Barinas designaron a la imagen con el nombre de Nuestra Señora del Rosario por semejarse a dicha advocación mariana, pero la gente la llamó con el sencillo nombre de Virgen de El Real.
Para honrar a la Virgen de El Real lo indios del hato de Santo Domingo procedieron a construir una modesta iglesia. A cada uno le correspondió una labor. Juan Gonzalo, hijo de Ana, estaba encargado de la madera. Al parecer, al momento de utilizarlas a cada tabla les faltaban como tres cuartas para igualarse a las demás. Esto inquietó al joven, quien afligido pidió a la Virgen de El real para que intercediera en el contratiempo que se le había presentado al momento de construir la iglesia.
Cuentan que al otro día, cuando fue a ver de nuevo las tablas, estas habían crecido y se hallaban con un largo superior a todas las demás, por lo que hubo que cortarlas. Nuevamente la Virgen de El real se había manifestado tras las súplicas de Juan Gonzalo.
Frente al viejo estantillo de curarito que había reverdecido se construyó la iglesia. Algunos hasta aseguraban que sus hojas eran sanadoras, por lo que la gente las llevaba como recurso milagrero.
En la actualidad la Virgen de El Real es venerada en un santuario denominado Complejo Turístico Mariano, realizado con aportes del Gobierno nacional, regional y de la misma feligresía.
Con información de: https://iamvenezuela.com/
Sigue nuestras redes sociales. Somos OtilcaRadio, radio on line gratis, transmitiendo 24 horas solo música venezolana: Instagram, Twitter y Facebook. Únete a nuestro canal en Telegram.
Contribuye con la promoción y difusión de la
producción artística venezolana, realiza tu aporte
Comments are closed, but trackbacks and pingbacks are open.