HUELLAS Y PRESENCIAS INSULARES: EL INOLVIDABLE ARTURO GIL
Cada día nos convencemos más de la trillada cita: «A rey muerto, rey puesto», convirtiéndose en lapidaria cuando una persona después de haber dado su vida por el bienestar de los demás, es abandonada aun respirando u olvidada después de su muerte. En el caso familiar y de auténtica amistadLeer más