El maestro Alberto Requena, nació en La Asunción el 23 de febrero de 1943, pero echó raíces y frutos Los Robles, isla de Margarita. Su casa no era una casa común.
Los instrumentos orquestales eran parte de la decoración, así como una inmensa pizarra verde que simula el pentagrama donde el maestro colocaba las notas, símbolos de su entrega y dedicación para con sus estudiantes, quienes se crecen con claves y sonidos que, alegóricamente, descifran el alma de su maestro.
Requena contaba que como no había radio en casa de sus padres, los únicos contactos con la música tenían lugar cuando la banda tocaba en la plaza de La Asunción. Recuerda que desde muy pequeño se quedaba extasiado con el sonido de las notas.
Su mirada embelesada llamó la atención del bajista de la agrupación, José Genaro Marcano, “Cheíto”, quien le dio tres reales para que se comprara unas alpargatas nuevas y le pidió que lo ayudara en la peña, especie de conuco de piñas ubicado en El Copey, donde Alberto recogía los frutos a cambio de real y medio. Ante la responsabilidad demostrada por el pequeño, Cheíto lo comisionó de alimentar las gallinas y aumentó su paga a tres bolívares, los cuales, según el maestro Requena, eran un dineral para la época.
En una oportunidad Cheíto enseñaba música a su hijo Mario y de pronto, se percató de la presencia del maestro Requena.
Viendo su interés, le preguntó si quería aprender. Como respuesta, recibió un sonoro Sí Mayor que auguraba pasión y dedicación, por lo que el maestro no escatimó en su empeño de hacer de aquel pequeño, un gran músico. El maestro Requena siempre estuvo con su amigo y maestro Cheíto Marcano, sin cuya ayuda no habría podido ser lo que fue: un músico enamorado de su oficio.
Al tiempo, pasó a manos del director de la banda, Augusto Fermín, quien se convirtió en su tutor para la ejecución del corno, y ya a los 12 años, era el miembro más joven de la banda del estado Nueva Esparta.
A sus 18 años acudió a Los Robles a tocar en un concierto, y fue allí, donde el maestro Augusto Fermín, de manera emblemática bajo la Ceiba del pueblo, le entregó su nombramiento como cornista de la agrupación musical.
Familia
El maestro Alberto Requena se casó con Ana Navarro. De esta unión nacieron cinco hijos: José Alberto «Chebeto«, el mayor, quien es clarinetista, las muchachas Ana Cecilia, quien toca el saxo y el cello, y su hermana Belkys, quien se inclinó por la flauta; y por ultimo, Alberto José “Cheché” quien es un destacado clarinetista.
En el patio de su casa, en Los Robles, el maestro Alberto creó el Centro de Educación Musical Musicandi, donde impartió conocimientos a cientos de niños, quienes, además de recibir la preparación académica necesaria, integraban una banda, una estudiantina y un grupo coral.
Requena compuso más de 200 temas, entre merengues, danzas, boleros, pasodobles, aguinaldos, himnos y diversiones, donde recoge la idiosincrasia del roblero y el alma margariteña.
El maestro requena, falleció, en la isla de Margarita, en el año 2020.
En su honor, en Los Robles funciona el Conservatorio de Música «Alberto Requena».
Fuente: Yurimia Boscán / Publicado en Retrato Hablado
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