La isla de Margarita se convirtió hoy, 8 de septiembre, en el epicentro de una vibrante manifestación de fe, con miles de feligreses reunidos para celebrar a la patrona patrona del oriente, la Virgen del Valle, bajo el lema «María, dulce esperanza«. La misa central, presidida por el nuncio apostólico Alberto Ortega, se llevó a cabo en el Campo Eucarístico, resaltando la inquebrantable devoción del pueblo venezolano.
Durante su homilía, el nuncio Ortega expresó su alegría y admiración por la fe del pueblo. «Es una característica que aprecio mucho, un pueblo muy mariano, con muchísimo amor a la Virgen, y eso es una bendición, porque ella siempre nos lleva a Jesús«, afirmó. Ortega elogió la calidez de los margariteños y la belleza de la diócesis, describiendo la experiencia como un momento conmovedor que fortalece la fe y la unidad.
El nuncio apostólico describió la devoción a la Virgen del Valle como una manifestación sincera que «toca el corazón, mueve y cambia la vida». Aseguró que sus expectativas sobre la magnitud de la festividad fueron superadas, calificando la celebración como un momento «realmente bonito, que llena el corazón de las personas».
Finalmente, el nuncio se refirió a la inminente canonización de los beatos venezolanos, en particular del doctor José Gregorio Hernández. Subrayó la relevancia de esta canonización como un «regalo precioso» y un momento de gracia para la nación, destacando a José Gregorio como un símbolo de unidad y esperanza para todo el país.
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