HUELLAS Y PRESENCIAS INSULARES: A 100 AÑOS DEL NACIMIENTO DEL MAESTRO BENITO

Hoy 13 de noviembre de 2020 se cumplen 100 años del natalicio del insigne Maestro juangrieguero Nicolás Jesús Salazar “El Maestro Benito”, como homenaje reproduzco “Elogio de Benito Salazar” de Efraín Subero con motivo de la celebración de su cumpleaños 70.

El elogio de Benito Salazar en sus 70 años, que sus amigos recordaremos este 13 de noviembre, es el elogio del maestro que es también escritor, o, lo que es lo mismo, maestro de la palabra; y por lo tanto, dos veces Maestro. Benito Salazar pertenece a la pléyade numerosa de maestros margariteños en la que los estudios sociológicos, apoyándose en los aportes de la genealogía de la cultura, deberá encontrar una de las razones poderosas del origen de la cultura culta de nuestra ínsula.

Casi todos los nombres que menciona el orgullo margariteño en las diversas áreas del saber humano, siempre tuvieron la fortuna de contar en su origen con un maestro. Y los que fueron autodidactas y empíricos por fuerza de circunstancia, de todos modos, encontraron maestros en el pueblo mismo. En pocas regiones de Venezuela como en Margarita fue más eficaz la enseñanza sistemática del hogar y de la calle. Esa que sin programas y sin exámenes lo iba enseñando a uno a hacerse hombre.

Benito Salazar es un ejemplo prototípico del buen ciudadano, la hermosa frase creada por el Libertador. Aun naciendo en 1920, en una Isla pobre y aislada del país nacional -frase creada por el Maestro Mario Briceño Irragorry- Benito se las ingenió, como casi todos los educadores y escritores de su entonces, para informarse, para estar al día en múltiples saberes.

Porque eso de que Margarita estaba aislada es un decir. Vista desde el continente -que más bien la desdeñaba y hasta convertía en chistes crueles su manera de ser- podría parecer aislada. Pero allá todo lo llevaba el mar. Y no se olvide que llevó la primera edición del Quijote de 1608, y todos los clásicos, españoles o no, que la Iglesia permitía leer en esos siglos.

Y como un intelectual de espíritu despierto, Benito (anda buscando a alguien que lo llame por su nombre verdadero: Nicolás Jesús, y no lo encuentra) no cometió el error de quedarse varado en la facilidad del anacronismo; sino de evolucionar, como las tradiciones, sin dejar de ser lo mismo; esto es. evolucionar sin mixtificar o abjurar de su personalidad.

Soy de los que cree, por eso, que la nueva Pedagogía tiene mucho de vieja. Los principios constituyen verdades inmutables. Cuando Angel C. Bassi (Curso de Pedagogía) para mencionar un autor respetado y leído por los años de mi experiencia normalista, afirmaba que la educación debe adaptarse a los tiempos y a los lugares y circunstancias, a los sexos, aptitudes, fuerzas físicas e intelectuales de los alumnos, suscribía una verdad incuestionable como toda auténtica verdad. O cuando enseñaba que la educación debe set integral, completa, estaba enseñando el concepto de la palabra siempre. Ahora mencionaremos a uno de los más celebrados pedagogos actuales, el francés Michel Lebrel (Teoría de la Educación). El sostiene que la única esperanza posible para superar la educación contaminada por la manipulación de las élites, son los medios de comunicación de masas. A pesar que Ud. no debe olvidar, Profesor Lebret, que éstos son manejados también por las élites. Pero ¡claro! Lebret se refiere a la bondad del medio como tal y no a la errónea utilización que de él se haga, puesto que en esencia sitúan al hombre moderno frente a la vida de las cosas, en su brutalidad y su primitivismo, proporcionando un nuevo lenguaje que renovará probablemente el lenguaje escrito, la lectura y la escritura, el más antiguo instrumento audiovisual de la humanidad…

Pues bien, por intuición, información y experiencia diaria, todos estos presupuestos han sido rectores en la vida profesional de Benito Salazar, cuyo nombre es preciso escribir entre los visionarios renovadores del esquema tradicional del Discurso de Orden. Me duelo en la introducción de mi libro Ideario pedagógico venezolano (1968), refiriéndome a los maestros de hoy, que a muchos de ellos «les sobra técnica, pero les falta corazón».

Y creo que el corazón que ha puesto en sus acciones es el secreto de este Benito Salazar que cumple setenta años de pasado, y otros tanto de porvenir.

(Tomado de Efraín Subero en Margariteñerías N° 232, noviembre 1996)

Recopilación: Verni Salazar

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