¡Llegó Pacheco! con el frío decembrino a Caracas

La conocida expresión Ya llegó Pacheco! presente en labios de los caraqueños al recibir el frío que caracteriza la época decembrina en la Capital, según los historiadores, tiene su origen en una tradición que se remonta a la Caracas de los techos rojos.

Cuentan que Antonio Pacheco, un viejo cultivador de flores del pueblo de Galipán, bajaba todos los años desde la ladera norte del cerro el Ávila hacia la capital por el camino de los españoles y entraba por la Puerta de Caracas, en La Pastora, con un arreo de burros cargados de hermosas flores, acompañado por una copla que lo anunciaba en el camino, alegrando con ello el espíritu festivo del caraqueño.

Pacheco vendía sus flores, tres veces cada semana de noviembre a enero, frente a la iglesia de La Pastora, donde aprovechaba para descansar de su viaje. Luego continuaba su camino hacia el Mercado de las Flores de San José, en donde, junto a otros galipaneros, terminaba de vender su cargamento.

Los habitantes de Caracas al ver a este hombre exclamaban: “Allí viene Pacheco”, “Bajó Pacheco” o “Llegó Pacheco”.

Al transcurrir los años, los caraqueños comenzaron a asociar la bajada de Pacheco con la llegada del “friíto”, característico de la época navideña, hasta que la tradición terminó por asociar la bajada de Pacheco con la llegada de la navidad.

En la Caracas de antaño, Pacheco representaba a la naturaleza que con su colorido mensaje de las flores de Galipán, por ello sigue siendo el representante de una tradición que aún perdura en la Capital venezolana.

Cuentan que a Pacheco no le gustaba el calor, por eso solo bajaba a la ciudad cuando en la montaña empezaba a hacer más frío y Caracas estaría también más fresca, hasta que un año la gente notó que no regresaba.

El poeta Aquiles Nazoa, haciéndose eco de la preocupación de los caraqueños por la tardanza de Pacheco, escribió el siguiente poema:

Qué hubo Pacheco

Después de muchos meses esperando

que con tu soplo gélido

a refrescar vinieras la canícula

que este año enflaqueció a los caraqueños,

he aquí que ya estamos en noviembre,

un mes que era muy frío en otros tiempos,

y el calor continúa

ocasionando pérdidas de peso,

porque a ti no te da tu perra gana

de regresar, oh pícaro Pacheco.

¿A qué debe atribuirse tu retardo,

tú que eras tan puntual y tan correcto?

¿Si antaño, cada vez que las campanas

doblaban por el Día de los Muertos,

ya tú estabas haciendo tus valijas,

limpiando tu bufanda y tu chaleco

para después bajar, lleno de flores,

con tu sonrisa de ancianito fresco

y tu pincel teñido de manzana

que en los rostros ponía un rosa tierno?

Todo el mundo exclamaba en ese entonces

con júbilo infantil: -¡Llegó Pacheco!,

mientras tú por el Ávila llegabas       

con tu bufanda vegetal al cuello,

y una flota pascual de golondrinas

volando de tu lírico sombrero!

Fuente: https://jesussanojahernandez.wordpress.com/

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