Como herederos de una vieja tradición jóvenes de Juan Griego, bajo la sombra de un árbol de yaque, cocinan este rico alimento que requiere de una laboriosa preparación y al que se le atribuye un alto poder afrodisíaco.
El 4 de julio de 2019, escribí esta crónica que recoge lo que todos los días por esta temporada, al borde de la avenida “Simplício Rodríguez”, diagonal a lo que fue el Comando de Tránsito Terrestre, en Tacuantar, resulta cotidiano observar entre los meses de septiembre y noviembre, así como cercana la Semana Santa y hasta finales del mes de junio cuando los erizos están mas gordos, a grupos de personas entre los que se confunden jóvenes y adultos, dedicados a la elaboración de este rico alimento al que se le atribuye un gran poder afrodisíaco, pero que requiere una laboriosa preparación.
Una vez que se extraen los erizos del mar, estos son abiertos por su parte plana para extraerles las “gónadas” o “huevas de erizos”. Después de haber reunido lo suficiente son colocadas en un cascaron del propio equinodermo, al que se le ha desprendido las espinas, para luego ser llevado directamente a las brazas de leña que arden en la arena de la playa. Ya asados adquieren una forma de cono y están listos para ser vendidos a los que transitan por este bello paraje de la parte norte de la Isla de Margarita.
En las imágenes de este cronista, tomadas el día 29 de junio de 2019, aparecen Elis Marín y José Mata de 20 y 16 años respectivamente, vecinos de Las Piedras de Juan Griego en plena faena.
Recopilación: Alexis Marín Cheng y su Parque Museo Pueblos de Margarita- Julio 2023
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