Los pasos de la Semana Santa en la otra Porlamar

Comenzaré mencionando, que las imágenes correspondientes a la pasión de Cristo de la Iglesia San Nicolás de Bari en Porlamar son de una belleza extraordinaria; aparentemente existen dos colecciones de esas imágenes: la ubicada en Porlamar, y la que quedó en algún lugar de Europa. Las tallas de madera fueron hechas por el mismo artista, sus facciones son iguales, solamente cambia la expresión doliente, serena de sufrimiento, agonía y resignación.

Fueron los padres Carmelitas quienes trajeron dichas imágenes, pues tenían conexión con Europa específicamente en España. Estos sacerdotes llegaron a Margarita alrededor del año 1922 quienes conjuntamente con las hermanas de la misma congregación y el pueblo margariteño, solicitaron las mismas hasta llegar a Porlamar en 1924.

La Iglesia San Nicolás estaba en construcción, las imágenes permanecieron guardadas en casas de familias importantes de la Ciudad de Porlamar, como son:

Jesús en el Huerto de Jetsemaní, llamado “De los Olivos”, en casa de la Señora Brígida Navarro y luego pasó a la familia Noriega Ordaz, ambas situadas en la Calle Mariño.
Jesús Cautivo, o Jesús en La Columna, en casa de Don Claudio Oliveros, donde ahora se encuentra el edificio Doña Teresa, cerca de la Plaza Bolívar. Luego pasó a la familia Mata Sánchez, en la Calle Velázquez frente a la Iglesia San Nicolás, siendo específicamente Cecilia la encargada de arreglarlo.

Ecce-Homo, se encontraba en casa de la familia Fermín Campos, en la Calle Zamora, para ese entonces parte de las tiendas Pepe-Ganga funcionaron en esa casa. Una de las descendientes de esta familia fue esposa del músico y compositor Porlamarense Don Lino Gutiérrez.

El Nazareno, se encontraba en casa de Doña Leonor Ortega de Campo, esposa del Dr. Benigno Campo, quien fue uno de los primeros médicos margariteños graduados en la Universidad Central de Venezuela. Esta imagen pasó a manos de Don Manuel Rodulfo Brito, en la Calle Guevara, hoy Boulevard, en la esquina donde estuvo el Banco Consolidado.

El Calvario, conformado por El Cristo, la Dolorosa y San Juan, se encontraban en la casa de la Señora Prisca Antonia Morao de Carrasquero, en la Calle Gómez, hoy en día Boulevard. En este sitio estuvo después el negocio del señor Coppolla.

El Sepulcro, estuvo en la casa de la Señora Gerónima Castañeda, en la calle Mariño, también frente a la Plaza Bolívar de Porlamar.

Con el tiempo, cuando en la Iglesia San Nicolás de Bari, tuvieron dónde colocarlas, éstas fueron trasladadas. Las que más tiempo demoraron en ser llevadas al templo fueron Jesús en el Huerto y El Sepulcro, que permanecieron en las casas de las familias antes mencionadas, y eran arregladas y llevadas a la iglesia sólo en Semana Santa para la procesión. Luego eran devueltas y guardadas nuevamente, donde se quedaban hasta el próximo año.

El Sepulcro era el único que arreglaban en casa de la Señora Gerónima Castañeda por Carmen Dolores (Loló Castañeda), quien lo hacía con espero, usando flores y tules, el cual después de un tiempo, la Señorita Dianora Ramos Díaz pasó a ser la encargada de arreglarlo.

Es de hacer notar que, en las procesiones de El Sepulcro, en las horas de adoración, las personas que asistían a estos actos no se ponían ropa de color en señal de duelo por la muerte de nuestro Señor Jesucristo. Desde el Jueves Santo hasta el Sábado de Gloria tampoco repicaban las campanas, sólo se oía sonar de las matracas (artefacto de percusión hecho de madera) durante el día, tocadas por los monaguillos en los oficios religiosos o en algunas calles y en los alrededores del templo.

DÍAS DE PASIÓN

Domingo de Ramos, Jesús en el Huerto: La misa y la bendición de las palmas eran a las 8 de la mañana. Antes, las palmas traídas del Cerro Palma Real eran bendecidas en la iglesia durante la misa, para ser repartidas a los fieles asistentes que las guardaban, hacían cruces con ellas, para ponerlas en sus casas hasta el otro año cuando eran renovadas y las palmas viejas, quemadas. Hubo una época donde cada quien llevaba su palma o ramo de olivo y era bendecida en la Capilla del Colegio Nuestra Señora del Valle de Porlamar y de allí partían en procesión hacia la Iglesia San Nicolás de Bari para la misa solemne.

Lunes, Jesús en la Columna, martes Ecce Homo, ahora ambos no son sacados en procesión como en épocas pasadas.

Miércoles Santo: El Nazareno era cargado en un mesón por hombres cargadores especiales, quienes usaban sus rodilleras en la cabeza, luego y hasta nuestros días, es llevado en carrozas, remozada por un conductor ó por los fieles asistentes a la procesión. La misa como siempre es realizada en la mañana, ese día hombres, mujeres y niños por promesa o devoción visten trajes alusivos al nazareno de color morado. En épocas pretéritas, la procesión del encuentro, es decir, las imágenes del Nazareno y la Dolorosa, éstas eran acompañadas por hombres y mujeres por separado. La imagen del Nazareno salía en precesión desde la Calle igualdad y la Dolorosa salía por la Calle Velásquez y el encuentro se efectuaba en la esquina del Trompillo, Calle Mariño cruce con la Calle San Nicolás. Luego seguía la procesión recorriendo varias calles de Porlamar siendo el recorrido más largo.

Jueves Santo: la misa se celebraba a las 8:00 de la mañana, y después de terminar se efectuaba el encierro en el sagrario, que estaba colocado en el Monumento. En épocas pasadas a la llave se le colocaba una cinta que era puesta en el cuello de la máxima autoridad representativa del pueblo, pero en los actuales momentos esta práctica no se realiza, el sacerdote es quien la guarda. Las horas de adoración comenzaban a las 12 de la media noche, en la que participaban sólo los hombres. Los Monumentos tradicionales eran altares preparados con gran esplendor en todas las iglesias católicas para las horas de adoración al Santuario; las visitas a los siete templos por parte de los feligreses, además de ganar indulgencia, disfrutaban eligiendo cuál de éstas era la más bonita (ahora las decoraciones de los templos son mucho más sencillas, y los fieles antes hacían tres genuflexiones y ahora hacen una); la procesión del Calvario o Cristo en la Cruz estaba pautada para este día.

Los santos en los altares en los días de Semana Santa eran cubiertos con tela de color morado, despojados de adornos y flores, ahora los altares quedan iguales. Otro acto resaltante, era la adoración de la Santa Cruz en la que participaban todos los fieles depositando su óbolo para luego ser enviado a Roma para la conservación de los lugares santos de Jerusalén.

Viernes Santo: la procesión del Sepulcro. Primero era sacado en procesión de la casa de la Señora Gerónima Castañeda a las 2:00 de la tarde hasta la Iglesia San Nicolás, donde a las 3:00 p. m. empezaba el sermón de las siete palabras (hora nona termina la liturgia). Ese día viernes se oían los acordes del órgano tocado por el maestro de capilla, el Señor José Augusto D´ León (mí abuelo paterno) junto a la Señorita Mercedes Día Márquez cantando el Popule Meus, quien también ha sido acompañada por el maestro José Emilio D´León (mí Padre). Luego a las 7:00 de la noche, comenzaba la procesión del Sepulcro por las calles de Porlamar.

El Viernes Santo en épocas pasadas era un día de ayuno y abstinencia. Los abuelos de aquella época lo guardaban con mucho respeto, no se bañaban en la playa, pues tenían la creencia de que si lo hacían, se volverían peces o sirenas. Eran días de recogimiento, pero ahora todo ha cambiado…

Todos estos actos también estaban dirigidos por el apostolado de la oración conformado por las Señoras Lucía Guerra, María Abrham, Ana María Oliveros, Trina de Ávila, Juana Mata, Dora Díaz Márquez, Carmen de Morales, Rosa Teresa Díaz, Belén Sánchez, Castica Paulina, Josefita de Noriega, las Hermanas de la Consolación, y otras que se escapan de mi memoria.

Sábado Santo: los templos permanecen cerrados, día de silencio.

Domingo de Resurrección: repique de campanas. Se efectuaba la procesión en horas de la madrugada, la Virgen de la Inmaculada con las hijas de María en andas por la Calle Gómez y el Santísimo por la Calle Guevara para realizar el encuentro en la Calle La Marina y bendecir los altares que eran colocados en algunos negocios de la cuadra frente al mercado viejo de Porlamar. Luego se efectuaba la bendición del mar y al finalizar regresaban juntos por la Calle Gómez a la Iglesia San Nicolás de Bari, y así finalizaba la Semana Santa o Semana Mayor.

Texto: Maria Salazar De Rojas-Patrimonio Cultural Viviente del Estado Nueva Espara, Fundadora/Directora Coral ‘Niños Cantores de Margarita”.

Fotografías: José Emilio D’ León(+)-Padre de María De Rojas, Semana Santa en Porlamar década de los 40′ y Lorimer Rojas Salazar(+)-Patrimonio Cultural del Estado Nueva Esparta, Semana Santa en la Ciudad Porlamar y La Asunción década de los 80′.

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