Macarao un pueblo colonial en la Caracas del siglo XXI

Con un clima montañoso y tierra fértil, la parroquia Macarao está llena de gente luchadora, que se organiza y madruga para trabajar y estudiar.

Cuando se habla de Macarao, la gente piensa que se trata de un barrio de Antímano o de Caricuao. Y aunque estas comunidades tienen las mismas raíces indígenas, Macarao es una de las 22 parroquias constituidas del municipio Libertador y no un barrio más.

En sus inicios estuvo relacionada con Antímano hacia 1620, pero eso fue hasta 1740 cuando se erige la primera iglesia y se produce su fundación.

Es un pueblo ubicado al extremo oeste del Distrito Capital, asentado por los españoles en el siglo XVII. Su nombre viene del cacique Macarao perteneciente a la tribu Toromaimas.

Según exponen los libros, Macarao fue la ruta seguida por Francisco Fajardo en 1559 y Diego de Losada en 1567 para entrar a la capital desde Aragua. Era un sitio apreciado: suelo fértil, río caudaloso y buen clima. Eso atrajo a los conquistadores y a los amos del Valle de Caracas, quienes obligaron a los nativos a trabajos forzados e incluso a la esclavitud.

Los historiadores dicen que era un pueblo de descanso. Incluso la hermana de Simón Bolívar tenía una casona de recreo, la cual —aunque pasó a ser patrimonio histórico cayó en la ruina total— apuntó Martín Peña descendiente de una de las familias creadoras del trapiche y vocero del Consejo Comunal Casco Histórico.

Cuenta con el río Macarao, el cual hace un recorrido de 22 kilómetros desde su nacimiento hasta unirse con el San Pedro en Las Adjuntas, para formar el Rio Guaire. Muy cerca de donde nace se construyó en 1873 el Acueducto Guzmán Blanco para distribuir agua hacia El Calvario.

Y con la finalidad de proteger este reservorio y su vegetación, se creó el 5 de diciembre de 1973 el Parque Nacional Macarao, con una extensión de 15 mil hectáreas.

En Macarao abundan las casas con techos de tejas; calles estrechas e inclinadas y es patrimonio de la ciudad su iglesia Virgen del Rosario de Curucay, llamada así en honor al indio Curucay a quien se le apareció la virgen.

Además, está la plaza en cuyo centro se halla la estatua de bronce hecha en Europa, más parecida a Bolívar, según cuentan los pobladores y el cementerio del pueblo. “Donde están enterrados mamá Silvestre quien fue partera durante 30 años y los tres jóvenes asesinados por el policía Ledezma en 1981, conocido como el monstruo de Mamera”, narró Peña.

En la actualidad el parque —que es el más virgen del Distrito Capital—, el casco colonial, las fiestas patronales y las procesiones de Semana Santa son los elementos distracción con los que cuenta la población para alejarse de problemas cotidianos.

Fuente: https://cronica.uno/

Compartir

Comments are closed, but trackbacks and pingbacks are open.