El mundo vive una distópica realidad que cambió la vida y la forma de relacionarse entre los seres humanos. Un virus tiene en jaque al planeta entero desde el inicio del 2020. En medio del cataclismo, la paranoia, el miedo y la incertidumbre, el arte sigue siendo el vínculo para transmutar y compartir emociones a través de las distintas alternativas que nos ofrece el internet y sus plataformas.
El hecho creativo se reinventa desde su multiplicidad, propiciando encuentros virtuales con un infinito abanico de propuestas que nos invitan al disfrute en momentos de encierro, confinamiento y distanciamiento. Aunque en algunos casos la oferta cultural parece haberse vuelto excesiva, repetitiva y hasta invasiva, siempre surgen iniciativas al margen de lo trending, las modas y los productos culturales en serie.
Este es el caso de algunos festivales independientes que desde hace rato vienen dándose en espacios como Facebook e Instagram en modo live streaming, en los cuales confluyen expresiones artísticas underground realmente interesantes y renovadoras en lo que respecta al cuadro musical iberoamericano. Estos eventos producidos e impulsados por plataformas digitales, músicos, comunicadores, programas de radio y los propios artistas, denotan la importante cantidad de propuestas musicales por descubrir en cada rincón del planeta, que han sabido hacerse de un lenguaje sonoro propio y han logrado captar la atención de un público cautivo que ahora ve en estos eventos virtuales una alternativa distinta y apasionante.
Con esta perspectiva llega la 1era edición del evento internacional Calaveras Fest Iberoamérica 2020, producido desde México, con la participación de 24 agrupaciones de varios países latinoamericanos y España, que incluye entre sus invitados a la agrupación Sofía Insomnia, una de las más singulares y destacadas propuestas artísticas del ámbito contracultural venezolano, donde la expresión teatral, la connotación metafísica, lo esotérico, la poesía, lo sobrenatural y la música convergen. Abarca en su manifiesto, la estética de la provocación y el espíritu transgresor del movimiento post punk/dark/ gótico surgido en las décadas 70/80 que recrearon artistas como David Bowie, Iggy Pop, Nina Hagen, Diamanda Galas, Klaus Nomi y bandas icónicas como Bauhaus, Siouxsie and The Banshees, Joy Division, Dead Can Dance y The Cure, entre muchas otras. Dentro de ese legado estético-sonoro-literario y filosófico, cuenta por supuesto la influencia de proyectos venezolanos representativos de las décadas de los 80/90 como La Seguridad Nacional, Sentimiento Muerto, El enano de la catedral, Los Gusanos, Zapato 3, El Rastro y de otras menos conocidas como La Casa Roja y Claroscuro.
Sofía Insomnia se forma en Caracas en el año 2004 en busca de reinventar la escena underground y resucitando movimientos dentro del post punk. Como entidad artística es conocida por su fantasmagórica puesta en escena en la que subyacen conjuros en latín, poesía maldita entre mortuorias resonancias, gritos y reverberaciones, donde lo histriónico y lo mántrico se amalgaman en una especie de rito entre canciones, que adentran al público a ciertos misterios e invita a lo desconocido; un recital que lleva a los espectadores al encuentro con la propia sombra que habita en cada quien. Kara Febles (cantante) y Moisés Flores (guitarrista), sus creadores, dan aliento a esta encarnación de una mujer-alma que arrastra los dolores del ser. Cada presentación es un viaje de estampas y signos, cual ceremonial.
Sofía Insomnia busca brindar una experiencia emocionalmente estremecedora en la que el horror y lo sublime del ser humano se manifiesten, y esa atracción delirante que sienten los seres humanos por lo desconocido y desconcertante, que atrapa. Su liturgia ahonda en la narrativa del existencialismo y sus temas escarpados como el dolor, la desesperación, la condenación, la libertad individual y, en otro orden de ideas, pero conexos, afronta los contenidos propios del ocultismo y de la espiritualidad como la muerte, el hermetismo, lo onírico, la devoción, la oración, la anatomía interna del ser humano, el fuego sagrado y la alquimia.
En el libro Rock Vzla (1959-2019) -relanzado recientemente- y escrito por Félix Allueva, reconocido investigador, docente y productor que da cuenta de toda la historia del rock venezolano y sus exponentes, Sofía Insomnia es catalogada como una de las pocas propuestas genuinamente dark y postpunk en nuestro país, y es que sus presentaciones en vivo confirman esa aseveración, sin embargo, su planteamiento es más amplio, pues no se reduce sólo al simple hecho musical, toda la subjetividad e imaginario auténtico que le rodea remite siempre a “un más allá que perturba y fascina a la vez”.
Cabe destacar que su ópera prima Breve casi eterno editada en el año 2012, luego lanzada y bautizada en el 2013, ha sido distribuida de manera independiente en países como España, Inglaterra, Holanda, Alemania, Italia, México, Estados Unidos y Suramérica. Fue bautizada por el legendario locutor y difusor del rock en Venezuela Alfredo Escalante (1942-2016) conjuntamente con el historiador musical y editor Eddio Piña. Este disco es considerado por gustos selectos como una obra de arte, y ha obtenido excelentes críticas de músicos y de medios nacionales e internacionales. En 2014 el álbum obtuvo -por investigadores musicales- un reconocimiento internacional como uno de los mejores discos de ese año en España y Latinoamérica.
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