El señor Toribio García  y su inseparable doña Delfina, residía al lado de la casa de nuestra abuela materna María Romero en la calle Libertad de Porlamar, donde tenían una máquina eléctrica para moler el maíz previamente sancochado y convertirlo en masa para preparar nuestras arepas; además se dedicaba aLeer más

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