A lo largo de 12 años, Jorge Ruiz Cano, nativo de Maracay, ha hecho carrera en Disney. Durante ese tiempo, el animador venezolano ha tenido la oportunidad de mostrar su talento en La era del hielo 4, Frozen, Grandes héroes, Ralph, el demoledor, Encanto y Moana 1 y 2 (entre otros títulos), que, en sus diferentes entregas, han sido consideradas por los premios más reconocidos del cine entre las mejores películas animadas de los tiempos más recientes.
¿Cuántos ilustradores latinoamericanos pueden jactarse de tal trayectoria? Pero es que eso es lo mejor de todo. Ruiz Cano no se pavonea. Todo lo contrario. Más bien, es la representación andante de un tipo hippie y humilde. Todo eso, aderezado con un chispeante humor criollo que se ha mezclado con la cultura de Estados Unidos, país en el que ha residido los últimos 15 años de su vida.
Y aunque nunca se lo planteó formalmente, el destino lo llevó a que se convirtiera en lo que manifestaba a todo gañote, a los nueve años, que haría cuando fuera grande: Ser animador del conglomerado de medios de comunicación y entretenimiento más grande del mundo.
A pesar de que Ruiz Cano, quien actualmente está Venezuela, ha desarrollado una carrera exitosa más allá de nuestras fronteras, no ha tomado distancia ni olvidado sus raíces. ¿El motivo de su visita a su país natal? Además de disfrutar tiempo en familia, presenciar como un espectador, en una de las salas de SuperCines, ubicada en el Centro Comercial Los Aviadores, de Maracay, estado Aragua, Moana 2 y compartir con los periodistas cómo fue su experiencia como parte del equipo de animadores del largometraje.
“Estoy sorprendido de ver que todo lo que hizo mi equipo funcionó. Somos una orquesta de muchos miembros que hicimos la animación de la película en seis semanas. Me siento satisfecho de ver que lo que ideamos funciona. ¡Qué sabroso se sintió Moana 2!”, expresó.
Y es que, según relató el animador, a lo largo de una hora y 40 minutos, pudo disociarse de sus labores frente a ella y disfrutarla como un cinéfilo más.
Resulta difícil no escuchar a Ruiz Cano y no reírse de sus bromas y menos, no sentirse inspirado porque transmite con nitidez la pasión que siente por su oficio. ¿Quién lo diría? Y a pesar de que lo tuvo claro cuando era pequeño, ya de bachiller daba por sentado que se graduaría de abogado, pero por esas cosas de la vida, su familia le propuso estudiar inglés durante un año, grado que terminó con éxito en solo tres meses. No obstante, se quedó en el país del tío Sam y sin avizorarlo, tomó clases de arte en Fort Lauderdale, posteriormente, se tituló de diseñador; trabajó con el equipo de hockey Panteras de Florida y en varias compañías de software; se mudó a San Francisco y se llenó de deudas, hasta que finalmente se graduó de animador, llegó a Pixar, formó parte de la nómina de trabajadores de George Lucas, y finalmente, se sumó a los estudios fundados por Walt y Roy O. Disney.
Con información de: El Universal
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