El violinista venezolano Samuel Vargas deja en lo más alto a Venezuela, gracias a su talento, que no solo se mide en presentaciones con importantes orquestas a nivel internacional, ya que también impulsa la formación de nuevos talentos mediante un programa educativo vanguardista e integral.
La carrera de Vargas comenzó en un núcleo de formación musical de El Sistema en Acarigua, estado Portuguesa, y poco a poco le permitió abrirse paso en el mundo orquestal.
Durante su formación musical tuvo la oportunidad cursar estudios en la Academia Latinoamericana de Violín, adscrita al Sistema de Orquestas, y a partir de allí empezó todo lo que fue su desempeño a nivel individual.
A los 18 años formó parte de Orquesta Sinfónica Juvenil Teresa Carreño y participó en muchas giras internacionales, que llevaron su carrera artística a otro nivel. En el año 2014, Samuel Vargas fue nombrado como Embajador Concertino de las Naciones Unidas durante el 69 aniversario del organismo.
Dos años más tarde, este violinista venezolano se fijó la meta de retribuir todo lo que había aprendido en su formación musical con las nuevas generaciones. Por lo tanto, impartió sus conocimientos en núcleos de varias ciudades en el interior del país.
«Yo hice esta labor por aproximadamente durante un año y medio, y durante todo ese tiempo tuve la oportunidad de enseñarle a más de tres mil niños», contó Vargas.
Pero su carrera artística no se detuvo y se presentó en 40 países gracias a giras internacionales donde colaboró con artistas de renombre internacional como Gustavo Dudamel, Simon Rattle, Daniel Barenboim y Christian Vásquez.
Luego, en el 2017, una universidad en el extranjero se interesó en él y le ofrecieron la oportunidad de ir a Estados Unidos a cursar sus estudios superiores. En territorio norteamericano obtuvo la prestigiosa beca internacional Woodruff que le permite estudiar la Licenciatura en Música mención ejecución de violín en la Universidad Estatal de Columbus.
Su carrera musical va estrechamente ligada con la labor filantrópica a través de la pedagogía del violín, y en la actualidad, es el presidente de la Fundación Internacional de Música Samuel Vargas, que trabaja con un nuevo modelo educativo, actualmente en Nueva York.
«No solamente tiene una labor de enseñanza, sino que también ofrecemos clases instrumentales, talleres de formación artística, donaciones y accesorios para que los jóvenes puedan tener los equipos con el cual trabajar», explicó el músico venezolano.
Este programa, que nació durante la crisis para solventar las necesidades de la pandemia, se define como un proyecto de vanguardia cuya prioridad es la formación de músicos y artistas suramericanos con una perspectiva mucho más integral.
«El propósito de nosotros es brindar espacios de formación para que esos jóvenes que se están formando como instrumentistas se conviertan en los docentes del hoy», agregó el violinista.
Todos los programas impartidos en la Fundación Internacional de Música Samuel Vargas son totalmente gratuitos para cualquier joven en el mundo.
En la actualidad, la Fundación Internacional de Música Samuel Vargas tiene alianzas con compañías, universidades, institutos y fundaciones en cuatro continentes. Además, cuenta con el apoyo de varios docentes y músicos alrededor del mundo que se han interesado en el proyecto.
La meta del programa de educación, que tiene un enfoque holístico, es preparar a una nueva generación de docentes, profesores y músicos que van a llevar a cabo un proyecto para el bien de una comunidad.
Adaptada a las nuevas tecnologías, la organización sin fines de lucro fundada por Samuel Vargas aborda las áreas que no se enseñan en las plataformas tradicionales y que son necesarias para la formación de artistas de este siglo.
Sin embargo, la labor del violinista venezolano no queda ahí porque tiene una larga lista de proyectos a corto y mediano plazo.
La obra de Samuel Vargas será una herramienta para que el lector tenga la oportunidad de explorar todos los aspectos relacionados con la educación musical en la especialidad de violín, que van desde el marco teórico, cómo aplicar todos esos conocimientos a través del instrumento, el rol como músico, así como las estrategias para enseñar.
El venezolano espera que su mensaje no solo quede plasmado en las páginas de un libro, pues espera dar charlas en diferentes países para que su método llegue a más personas, poder guiar proyectos de jóvenes y convertirse en mano amiga en la consolidación de los sueños de otras personas, sin importar el idioma o la cultura.
Fuente: Observador Latino
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