Andrés Eloy Blanco Meaño, fue un poeta, escritor, abogado, humorista y político venezolano, perteneciente a la Generación del 28.

Andrés Eloy Blanco nació en Cumaná, Estado Sucre el 6 de agosto de 1.896 y conservó hasta su muerte la sal del Caribe en su ingenio, la dulzura de las uvas de su tierra en sus versos, y un perfil guaiquerí que era la imagen justa de su valiente rebeldía.

Andrés Eloy fue un abogado, escritor, humorista, poeta y político venezolano, se graduó en Derecho en 1.918 cuando ya había publicado sus primeros versos.

En la obra poética de Andrés Eloy Blanco se advierten tres etapas muy bien delimitadas.

La primera va de sus poemas juveniles de “Tierras que me oyeron” hasta un libro aglutinante llamado “Poda”, en el cual recopiló poemas de varios años diferentes.

La segunda etapa comienza tras las rejas de la cárcel y concluye al iniciarse su destierro. En los poemas escritos en ese duro tiempo de lucha, Andrés Eloy Blanco, pugna por liberarse de la retórica, de la magnificencia y de la trivial musicalidad bien sea a través de vigorosos poemas sociales escritos en versos libres (“Barco de Piedra“), o de chispeantes ejercicios vanguardistas (“Baedeker 2.000“), o rescatando y elevando la poesía popular cantando al pueblo en el lenguaje del pueblo (“La Juambimbada“).

La tercera etapa es la concluyente de “Giraluna“, ya aquilatado su talento creador en una luminosa madurez. Llegó a ser un poeta sabio sin dejar de ser risueño, moderno sin dejar de ser clásico, profundo sin dejar de ser radiante. De esa época son “Giraluna y el mar”, “A un año de tu luz” y el “Canto a los hijos“, obras de excepcionales proporciones que la historia de la literatura venezolana.

En cuanto al ser humano llamado Andrés Eloy Blanco, su virtud esencial fue la generosidad, no cultivaba rencores, perdonaba a sus enemigos, era tolerante con aquellos que habían sido ruines y malvados con él. El pueblo venezolano correspondió a su amor convirtiéndolo en “su poeta”, más poeta del pueblo que cualesquiera otros de los que en este 
país han nacido.

Venezuela ha producido grandes poetas como Andrés Bello, como José Antonio Pérez Bonalde, como Francisco Lazo Martí, como José Tadeo Arreaza Calatrava, como Alfredo Arvelo Larriva, como José Antonio Ramos Sucre, como Jacinto Fombona Pachano, como Antonio Arráiz, como Alberto Arvelo Torrealba, pero los únicos versos que el pueblo venezolano se sabe de memoria son los de Andrés Eloy Blanco.

Y los repite en aquellos trances cruciales en que se enamora, cuando llora a sus muertos y cuando se enfrenta a sus enemigos.

Andrés Eloy Blanco murió en 1.955 en México, víctima de un estúpido accidente automovilístico.

Murió desterrado, sin alcanzar a ver el levantamiento de su pueblo con que soñaba, ni la hora de soltar los prisioneros con que soñaba más todavía.

Trajeron su cuerpo a Caracas y su entierro fue un cortejo vigilado por esbirros que miraban sombriamente a los asistentes y anotaban sus nombres.

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