Podemos llorar porque te has ido, o podemos sonreír porque has vivido… Podemos cerrar los ojos y rezar para que vuelvas o podemos abrirlos y ver todo lo que has dejado… Podemos cerrar nuestras mentes, sentir el vacío de tu ausencia y dar la espalda o podemos hacer lo que a ti te gustaría: sonreír, abrir los ojos, amar, respetar a Dios y seguir viviendo…
Los invito a que hagamos hoy, en esta sesión especial, lo que a él le gustaría, vamos, a pesar del motivo que nos une, la conmemoración del décimo tercer aniversario de su partida, a sonreírle a todas las cosas bellas y hermosas que cada uno de nosotros vivió y compartió con “el Cantor”, con Francisco “Chico Toño” Mata, gloria eterna de nuestro folclor.
Agradezco primeramente a Dios, por el momento estelar que me hace vivir hoy, tener la honrosa responsabilidad de las palabras centrales en este acto, y le pido les bendiga a todos por su presencia y compañía, gracias por venir.
Agradecimiento especial también para toda su familia, de manera deferente a sus hijos José y la Nena, por su gesto sublime al asignarme como orador.
Mi saludo y mi respeto a los miembros del presídium, esperando que mis palabras, estén a la altura de sus expectativas como organizadores de esta sesión. Un abrazo grande para todos.
Hablar de “Chico Toño” ha sido, y siempre será placentero para mí, anunciar sus temas en la radio, comentar acerca de su biografía y de sus grandes aportes a nuestra música. Un ser humano excepcional, que con la vibra del amor y la querencia que cultivó en su corazón, esparcía su canto con sentimiento en nuestra geografía insular, cuyo eco traspasaba estas Islas y se escuchaba en otros rincones de la amada Venezuela, ganándose el reconocimiento y la admiración de todos.
El veinticuatro de enero del año 2011, marcó un antes y un después en la historia de la música margariteña, neoespartana, venezolana, cerró sus ojos para siempre uno de los hombres más apreciado y amado por su particular y peculiar forma de ser, y por el gran legado que dejaba como uno de los más grandes de nuestra cultura musical. Fallecía Francisco “Chico Toño” Mata, su alma volaría en paz al encuentro con el Padre Eterno, su cuerpo sería sembrado en su Juan Griego querido; pero quedaba con nosotros “El Cantor de Margarita”, “Gloria de nuestro folclor”; y también el amigo, compañero, esposo, Padre y abuelo.
Sus recuerdos, anécdotas, vivencias, quedaron guardadas en el rincón más especial del corazón de quienes le conocimos, razones más que suficientes para mantenerlo vivo entre nosotros y cada día recordarlo y tenerlo más presente que nunca.
Hoy seguimos poniendo en valor al hijo de Rosa Blanca y Alejandro, un hombre que cuando adolescente fue tentado por el mar a petición de su padre. Aquel Francisco Antonio que mucho aprendió de sus maestros Nicolás Jesús Salazar y Luis Alberto Prieto. El “Chico Toño” que la música comenzó a inspirarlo cuando construía su propio instrumento con tablas y cuerdas de nylon, y disfrutaba hacerlo sonar frente al mar. Sin dudas, vibraba en él, el llamado hacia el camino que lo conduciría a ser grande, como cantante, compositor y ejecutante del cuatro y su inseparable guitarra, compañera fiel de muchas serenatas.
Resulta sumamente difícil versar sobre la vida de “Chico Toño” y separar de él la música. No se puede pasar inadvertido su aporte con las canciones de su inspiración, de otros compositores y de las agrupaciones de las cuales formo parte.
Incluso, fue tanta la entrega y la valoración que Francisco Mata dio a la música margariteña, que fue el creador del género musical conocido como “Motivo Guaiqueri”.
Sobre este aspecto, recopilé del encarte “Joyas de Margarita”, trabajo elaborado por Sol de Margarita en mayo de 2007, para la celebración de sus treinta y cinco años, y en donde resaltan la música y su gente; parte de la entrevista realizada a “Chico Toño”, en donde expresó:
“Son ciertas e importantes esas cosas que ha dicho Beto (Valderrama), pero les digo que jamás en mi vida creí que todo lo nuestro era solamente de origen español. Seré un loco cuando digo esto, pero es que si nosotros nos comprometemos a ver qué es la música, encontramos que esta nace del sentimiento del ser humano”.
Cabe destacar en esa afirmación de “Chico”, su lado humano, su convicción humilde en algo tan universal como es la música, pero es que “Chico Toño”, era así y por eso lo defendía, valoraba y practicaba como parte esencial de su vida.
Más adelante muestra en la misma entrevista su querencia por esta tierra y su cultura, otra faceta importante que tanto caracterizó a “Chico Toño”, manifestando: “Entonces yo con todo el amor del mundo, salí fuera a cantar ese folclor nuestro. Me sentía feliz, cómo no, porque quería difundir la música. Sembrando por todas partes nuestro folclor, como una semilla que renace en cualquier parte del mundo, para que vean que bella es esta tierra”.
Y acerca del “Motivo Guaiqueri”, él culmino esa entrevista expresando: “Es una forma de uno tocar el cuatro. Yo trataba de descubrir en el merengue ese estilo, pero como soy músico de fantasía y no soy músico de teoría, entonces me dije, voy a tener que escribir algo por aquí y ponerle a esto Motivo Guaiquerí, y así sigo promocionándolo. Es música que sale del alma”.
Gracias a las investigaciones para la elaboración de este discurso, pude encontrar respuesta a una curiosidad que siempre me había llamado la atención y nunca había preguntado a sus familiares, y es el hecho de las grabaciones, excelentes como todas, que “Chico Toño” hizo con arpa.
A este respecto, me conto su hijo José, quien por cierto estuvo con su papá en el conjunto “Francisco Mata y sus Guaiqueríes” desde la edad de 15 años, que eso se debió en el momento que “Chico” quedo sin agrupación y se fue solo a Caracas, y al llegar allá, tuvo la dicha de encontrarse con Valentín Carucci, quien lo invita a grabar con el Grupo “Los copleros del camino” que dirigía Cándido Herrera, y es así como “Chico Toño” también hizo gala de su canto acompañado del arpa. Valor agregado en este acto lo reviste la celebración de los sesenta (60) años del disco “Canto Margariteño” con el conjunto Guaiqueri, editado por el sello Discomoda en el año 1964. Para ese entonces, la agrupación estaba conformada por: Francisco “Chico Toño” Mata, guitarrista y cantante; Augusto Ramos, vocalista típico; Daniel Marcano, cantante y ejecutante de la marímbola; José Manuel Marcano, maraquero; Rómulo Rivas, cuatrista y cantante; y Pedro Rosales Millán, bandolinista y director del conjunto.
Destaca en esta producción discográfica una nota que dice: “El presente álbum es un Long Play de música venezolana que más típica no puede ser. El conjunto “Guaiquerí” está formado íntegramente por margariteños, todos ellos nativos de Juan Griego. En cada pieza, como dato curioso, hay una anécdota, una historia” …
Cosas como estas, fortalecen mi sentido de pertenencia, el amor por nuestra idiosincrasia, la ratificación del camino andado, de saber que no he estado equivocado cuando decidí unirme al grupo de personas, que, en distintas áreas de la cultura popular, nos dedicamos a promover, difundir y poner en valor, todo aquello que nos identifica como pueblo.
Lo que lograron hace sesenta años, este grupo de compañeros, es un motivo más para sentirnos altamente orgullosos de ser margariteños y neoespartanos. Solo hace falta querer hacerlo, y ellos, y “Chico Toño”, son ejemplo fiel de todo lo que debemos hacer.
Que inspiración más hermosa para seguir luchando por lo nuestro. Por los niños, niñas y adolescentes de nuestra región insular, vale la pena hacer todos los esfuerzos posibles, sin desmallar. Cada día esta lucha se hace más necesaria y vigente, y más aún por la memoria de los que ya se marcharon al encuentro con Dios.
Pudiéramos pasar horas hablando de la extraordinaria carrera artística de Francisco Mata y su extenso legado musical, muy conocido por todos y que siempre valdrá la pena escucharlo las veces que sean. Por eso, y aprovechando esta oportunidad de oro que me brindan, destacaré otras virtudes de Francisco, que también lo hicieron grande y que, con la venia de Dios, supo ponerlas en práctica y moldear otras dos grandes obras: su familia y sus amigos.
Para ello me permito citar parte de una conversación que sostuve con él en un programa de radio, cuando cumplía sus setenta y ocho años de edad, y que ponen de manifiesto las virtudes a las cuales me voy a referir.
Chico Toño era un hombre de fe, de respeto, de admiración hacia los demás, era un hombre de valores. En esa oportunidad, me expresó…”oye chico, ya veo que soy un altruista, ese amor y ese respeto. Yo abrazo un hombre y le doy un beso, y eso para mí es sagrado porque es manifestación de un hombre que está formado para querer y sentir al hombre en esta vida. Y por supuesto, las mujeres son clase aparte, porque allí es en donde está la grandeza de Dios, las que nos tienen en este mundo, son nuestras madres, nuestras esposas, ese gran cariño para ellas” …
Así era él, un hombre con un talento extraordinario para la música y el canto, pero también con lado humano con el cual se ganó el cariño, el amor y respeto de quienes lo conocimos y compartimos con él.
De tantos amigos que tuvo Francisco Mata, y con quienes me consta vivió una amistad verdadera, al punto tal de considerarlos como hijos a algunos de ellos, y a todos como parte esencial de su familia, solicité la opinión y los comentarios de varias de estas personas, a quienes agradezco por la gentileza de sus palabras, y las cuales comparto con ustedes…
ISIDRO RAFAEL RODRIGUEZ: “Francisco fue un adalid de la humildad, de la solidaridad, del cariño fraterno, y del amor al prójimo. Por esas razones hoy deseo que este al lado del Señor Jesús. Puedo señalarles que no solo perdí a un amigo, sino que también perdí a un hermano, a un buen padre, a un buen ciudadano… Perdí un tesoro muy grande que ocupaba gran parte de mi corazón y que aún sigue siendo una fortaleza que soporta mis sentimientos. Que Dios lo tenga en su Santa Gloria al lado de su esposa”.
JOSE RAMON DÍAZ: “Todos resaltan a “Chico” por su canto, pero “Chico Toño” era también una persona muy solidaria, muy amiga, muy buen consejero, de gran corazón. Siempre te escuchaba y tenía la palabra orientadora, siempre mostro solidaridad con las personas más necesitadas. En una oportunidad el Padre José Jesús (Iglesia San Juan Evangelista) comentó que él iba a la Iglesia y llevaba colaboración en alimentos para las demás personas, era muy buena gente. “Chico Toño” era muy humano, y su mayor desvelo era su familia, su esposa, sus hijos. Fue siempre muy atento y nunca le guardo rencor a nadie”.
FORTUNATO ROJAS: “Conocí a Francisco desde pequeño, y nuestra amistad se incrementó y se hizo más cercana en la década de los ochenta, cuando me residencié definitivamente en Juan Griego. Éramos muy cercanos y fraternos. Siempre me visitaba en mi negocio y hablábamos de Juan Griego, sus problemas, su futuro y también de la Isla de Margarita. Sus consejos no faltaban. Pido a Dios que siga descansando en paz y la luz de la eternidad siga brillando para él”.
JOEL JESUS VELASQUEZ: “Cuantas vivencias “Chico Toño”, cuantos momentos compartidos queridísimo amigo. Que recuerdos tan gratos. Que “Chico Toño” fue un hombre sencillo, eso lo sabemos, y precisamente allí estuvo lo inconmensurable de su grandeza, sin falsas poses, sin delirios de gloria. Sabiéndose admirado y querido por toda Venezuela, solo pensaba en su Margarita, a la que le cantó de mil maneras. Para quienes tuvimos la dicha de contar con su amistad y disfrutar de su compañía grata, por siempre estará en el altar de nuestros recuerdos y su gloria será imperecedera”,
OSMEL RODRIGUEZ: “Aprendí a conocer el lado humano de “Chico Toño”, era un hombre que no le guardaba odio o rencor a nadie. Era tan humilde, que fue capaz de llamar y visitar a quienes sabíamos que hablaban mal de él, eso nunca le importó, y les mostró su solidaridad cuando estaban pasando por un mal momento o estaban enfermos. En su lecho de enfermo me dijo como sería su muerte y todo lo que tenía yo que hacer, y fíjate que cuando falleció en la clínica, la Sra. Gloria llamó a sus hijos y les dijo, “hablen con Osmel, él sabe lo que tienen que hacer”. Nos reuníamos los sábados, le gustaba jugar caballos, era su distracción, compartíamos en “El Búho”, y hasta me llevaba a dar serenatas. Yo oro todos los días por mis padres y pido también por él”.
Palabras de personas diferentes, pero coincidentes en sus afirmaciones acerca de Francisco, lo cual nos permite aseverar que “Chico Toño” fue un excelente ser humano con un corazón de oro.
Desde siempre, pude conocer el amor y el respeto mutuo que existía entre “Chico Toño” y su familia. Los abrazos, los besos, la alegría de sus encuentros, eran momentos gratos dignos de admiración de mi parte. Francisco con su esposa, la Sra. Gloria Josefina, su adorada compañera de toda su vida, procrearon una hermosa familia, que tuvo como base siete vástagos, siete hijos: Marlene Margarita, Francisco Antonio, Rosa Esther, José Concepción, Guelvis Enrique, Joel Alejandro (el pollo) y Gloria del Valle (la nena).
Gracias a ellos, la familia creció, y de estos retoñaron 16 nietos, 20 bisnietos y 2 tataranietos. ¿Y quienes mejores que ellos para conocer el lado familiar de “Chico Toño”? Por eso, y con el apoyo de la Nena, obtuve varias notas de voz de hijos y nietos, que dan fe de la excepcional figura de Francisco en el seno de la familia, y cuyas expresiones comparto con todo cariño con ustedes…
Su primera nieta, MARLITED, hija de Marlene: “Papi, como le decía, un hombre muy dulce, lleno de amor, de consejos, un ser lleno de luz, una persona que siempre estuvo pendiente. Sus lecciones de vida, papi siempre tenía palabras de amor. La familia siempre primero. Su mejor legado que nos ha dejado es su amor hacia la familia, ayudar a los demás, al más necesitado, que no hay nada más importante en este mundo que creer en Dios. Siempre va a estar presente”.
Su hija ROSA: “Mi papá para mí fue un regalo del cielo de parte del creador. Tuvimos una relación muy especial. Más que de padre a hija, fue de amigos. Él fue un amigo incondicional, en las buenas y en las malas. Siempre tenía en sus labios esas palabras de amor y cariño que me daban consuelo. Así fue hasta sus últimos momentos. Uno de los recuerdos más bonitos con él, es cuando nos reuníamos en casa con los amigos para compartir, porque se encargaba de alegrarnos el rato con sus chistes y ocurrencias y todos terminábamos felices cantando con él. Lo amaré por siempre”.
Su nieta RUTH VERONICA, la hija de Rosa: “Mi abuelo para mí fue más que mi abuelo, fue un padre. Un hombre extraordinario, de valores, con ejemplos, con amor, con cariño. Serían cortas mis palabras para describir a un hombre humilde, lleno de amor por el prójimo, un ser maravilloso, siempre estuvo allí. Lo extraño. Los cumpleaños y los diciembres ya no son lo mismo sin él”.
Su hijo GUELVIS: “Mi padre fue mi inspiración para llevar a cabo todos mis logros, los cuales comienzan con mi hermosa familia y crecimiento profesional. En verdad fue, en forma genuina, junto a mi madre y junto a Dios, el motor para mi sentir propio y autentico. Me llamaba el matemático, y me decía que siempre saldría adelante. Fue muy amistoso, con un profundo sentido del amor. Era puro amor verdaderamente para todos”.
Su cómplice en muchas aventuras, para jugar truco, las carreras de caballo, su hija GLORIA DEL VALLE (la nena): “Mi padre para mí fue todo, fue mi otra mitad. Hay una parte de mí que no se recupera, es más, estoy clara que se niega a hacerlo, porque fueron demasiadas coas. Mi papá y yo éramos compinches, éramos el principio y el fin de la familia, él era el cabeza de casa y yo la otra cabeza con él. Diferencias en muchas cosas, pero siempre estábamos juntos para todo. Era único, me dejó muchísimas enseñanzas, sabiduría, amor al prójimo y a Dios por sobre todas las coas, que era su guía en todo momento y así nos enseñó. Olvidarlo nunca, amarlo siempre”.
Su nieta KAREN DEL MAR, hija de la Nena: “Mi abuelo para mí fue una persona maravillosa y especial, era mi figura paterna, el abuelo más consentidor e increíblemente complaciente. Todo lo que yo quisiera me lo daba. Realmente fui muy consentida por él. Recuerdo que el sonar de sus llaves era para mí un momento lleno de mucha emoción porque indicaba que había llegado a casa y corría a abrazarlo”.
Y Francisco también tuvo un pollo, JOEL, su hijo: “Papá fue un loco de amor para toda su gente, siempre había algo que aprender de él, de cada palabra. Muchas cosas que decir de mi papá. Además de cantautor, de dedicarse a la música, papá fue un gran ser humano y no porque fue mi papá. Estoy agradecido con Dios por haberme dado vida en el seno de esta familia, con él y mi mamá Gloria. Ya son trece años que no lo veo a sus ojos, pero cada vez siento mayor amor por él, porque fue mi mentor”.
De quien no pude obtener una grabación fue de si hijo JOSE, sin embargo, conversamos bastante. Fue agradable conversar con él puesto que José, es el hijo, el miembro de la familia que asumió la música como parte de su vida al igual que el “Cantor”, ya desde los 15 años se incorporó como músico profesional al grupo de su papá, Francisco Mata y sus Guaiqueríes, como dije anteriormente.
Cuantas anécdotas, cuantas historias contadas por José, pero respecto a “Chico Toño” como papá me expresó: “Chico me inspiro desde que yo tenía nueve años. Yo veía como tocaba un cuatrista y de inmediato corría a la casa y lo practicaba en el cuatro de mi papá. Yo siento que nací con esa inclinación y también lo hacía por él (su papá). Éramos muy amigos, jodedores, de todo hacíamos un chiste. Recuerdo que le regalé, a petición de él, un disco de Marco Antonio Solís, a quien admiraba por su música. Yo era quien le manejaba y llevaba a todas partes. Algunas de frases, además de “Que bueno somos, decía de manera jocosa “Tú como que tienes una gonorrea en el cerebro chico”, y también, “amar a Dios sobre todas las coas. Expresa José que él lo extraña y lo ama a su manera”.
Quiero expresar mi agradecimiento a todos quienes muy gustosamente compartieron conmigo sus comentarios, recuerdos, y sentimientos por “Chico Toño”, tanto amigos como familiares, lo cual me hace ratificar la imagen que capté de “Chico Toño” cuando estaba en vida, cuando compartía con él. Recuerdo que le tenía un cariño grande a mi mamá y eso siempre se lo voy a agradecer.
Queda extremadamente claro, las virtudes que como persona identificaron a Francisco Mata. Su sensibilidad humana, su amor al prójimo, su solidaridad e identificación con el dolor ajeno, con los mas necesitados. Su disposición y desprendimiento de sus recursos, para compartirlos con los demás y sin hacer bulla, sin buscar glorias por eso. Era un hombre de gran corazón y para sus amigos y para su familia, es y será, una de las personas más maravillosas que hayamos conocido, y será muy difícil olvidar.
Texto: José Marcano Ordaz
Únete a nuestro canal en Telegram.
¿Eres talento venezolano y deseas que publiquemos tus notas y sonemos tu música? Envíanos el material a otilcaradio@gmail.com
Contribuye con la promoción y difusión de la
producción artística venezolana, realiza tu aporte