El cerro La Ermita de Los Robles

Dice la historia que La Ermita de Los Robles ya existía en los últimos años de la colonia

Para la época de la Independencia ya existía y se le menciona en la historia como un espacio para vigilar la entrada de barcos, veleros, botes y lanchas con los invasores que venían a conquistar nuestras tierras.

De todo debieron hacer los margariteños para defender las tierras insulares y se dice que Francisco Esteban Gómez y sus huestes grandes hazañas tácticas realizaron para luchar contra hombres acaudalados en la táctica militar para la guerra que vinieron de España preparados para dar el combate en cualquier espacio. Por eso los margariteños que carecían de armas con adelantos tecnológicos tuvieron que utilizar las piedras del Cerro La Ermita, las trancas que los robleros usaban para la caza, emboscadas, trampas y todo tipo de tretas de la inventiva popular para poder derrotar a las tropas de Pablo Morillo.

Desde La Ermita los pobladores de Margarita tenían el control visual de los invasores que llegaban en barcos a apoderarse de las tierras insulares.
No hay precisión cronológica sobre la edificación de La Ermita que está ubicada en la parte sur de Los Robles en una pequeña colina, pero si de su exitencia como punto táctico para la defensa de la espartanidad.

Llama la atención que ningún Obispo que visitara Margarita haya realizado pronunciamiento alguno sobre La Ermita y salvo la presencia de Monseñor Dr Manuel Felipe Rodríguez, Obispo de Guayana que visitó Margarita y pasó por Los Robles el 10 de enero de 1887 y que fue publicada por el Cronista de Los Robles y de Margarita Nicanor Navarro en el diario El Sol de Margarita sobre la visita pastoral y que deja huellas del tránsito del Obispo por tierras insulares. 

“El 10 de enero de 1987 de tránsito de Pampatar para la Ciudad de La Asunción llegó a Los Robles el Dr Manuel Felipe Rodríguez, Obispo de Guayana. El Señor Obispo ha sentido no poder visitar La Ermita, que se halla en una colinita circunscripción de este pueblo, pero informado de la manera como se solemniza por los vecinos las Fiestas del 3 de Mayo, recomiendo al Cura Encargado de Los Robles que trate de de que se conserve viva la devoción de la Santa Cruz, evitando que se verifique en la Ermita el acto nocturno llamado Velorio, que su Señoría reprueba y prohibe como impropio de la Santidad del lugar y como ocasión de grandes desórdenes, y en cuyo lugar se podrá hacer una procesión por la tarde”.

En La Ermita que funcionó como centinela de Los Robles y sus alrededores se realizaron por años sus festividades con misas y velorios de cruz donde participaron los grandes del galerón insular y los más destacados decimistas del Oriente del país. Entre ellos Juan Cancio Rodríguez, Jesús Vásquez, Chelías Villarroel, Alejo Albornoz, Juan Fermín Millán, y tantos otros galeronistas insulares. 

El pueblo de Los Robles entraba en la celebración del Velorio de La Ermita con misas, paseos de música y la fajina donde participaban los pobladores hombres, mujeres y niños en la limpieza del camino al cerro, de la pintura y ornato de la capilla y correspondía al Centro Ideales del Municipio Aguirre que creó el Padre Marcano y que después gerenció el reconocido empresario Pedro Simón Navarro que hizo maravillas para que no murieran esas tradiciones. Se ponía la mesa en el centro del pueblo para que los pobladores colaboraran y las tarjetas que el CIMA enviaba a distintas partes de Venezuela donde vivían robleros y que siempre colaboraban con estas festividades.

Las retretas, los paseos de música, los cohetes, las panaderas, los juegos y los bares de Los Robles formaban parte de esas fiestas que por años alegraba el Velorio de la Ermita y llamado por otro el velorio de la Cruz Mayor que simbolizaba la gran fiesta católica y las cruces más pequeñas eran íconos del catolicismo.

Todo el pueblo escuchaba desde las puertas de sus casas la contienda galeronística que se celebrada en el cerro La Ermita durante toda la noche con el conjunto de Chilo Lunar, la animación del roblero Pedrito González y la participación de toda la directiva del Centro Ideales del Municipio Aguirre. En horas de la mañana bajaban los galeronistas, los músicos y el público asistente al Bar La Gloria que gerenciaba “El Popular Pitoco” y degustaban de un sancocho de gallina criolla con casabe y bebidas ante de entregar los trofeos a los ganadores y los premios en metálico a loscantadores.

Redacción: Manuel Ávila / Cronista de Los Robles

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