El sombrero de cogollo margariteño

La artesanía de los sombreros de cogollo es una de las más populares en la isla de Margarita, esta tradición a tenido a través del tiempo su asentamiento en el Valle de San Juan Bautista y sus poblaciones aledañas, allí un elevado numero de personas practican esta labor. La operación a pesar de parecer sencilla es complicada y requiere habilidad.

Allí, en San Juan, los hombres trepan descalzo los cilindricos troncos de los dátiles, hasta llegar al copo para ir cortando una a una las hojas tiernas o cogollos considerados aptas para esta artesanía. Esta operación se hace tres o cuatro veces al año para extraer entre 2 y 12 cogollos por árbol según las condiciones que esté, son verdaderos expertos los que se dedican a este trabajo.

La segunda fase de la producción de los sombrero empieza cuando se trasladan los cogollos a las casas de familia, una vez allí comienzan a abrir las hojas es decir poner las pencas al sol por espacio de cuatro días..

Luego estas pencas se “despatan” lo que quiere decir que se desprenden del nervio o la vena y se procede a rajarlas con un pequeño cuchillo para sacar los gajos de tres o cuatro milímetros de ancho e ir formando los mazos que envuelven en hojas frescas especialmente las llamadas de algodón de seda para mantenerlas suaves y lograr tejer las crinejas que conformaran los sombreros, estas se tejen de ocho a 10 gajos

Las tejedoras efectúan su trabajo sentadas o caminando, sin tener que paralizar la labor cuando conversan y levando el mazo envuelto en hojas bajo la axila, de allí van extrayendo uno a uno los gajos que van necesitando, humedeciendo constantemente con la lengua las puntas de los dedos para que deslicen mejor sobre el tejido.

La última fase llega con la elaboración del sombrero, se empieza “despicando” la “crineja” acto este que encierra una parte romántica pues se dice que ese es el momento perfecto para que el pretendiente se acerque a la pretendida para colaborar con ella en su trabajo y “manifestársele” como se decía antiguamente cortejar.

Para empezar a coser doblan la punta de la crineja en un pequeño triangulo que colocan sobre un papel cualquiera y lo meten a la maquina, esta acción se llama “enchapar” de allí siguen uniendo la crineja por las orillas en forma espiral ajustándolo ligeramente de modo que se vaya moldeando la copa, sin necesidad de horma alguna ni nada que se le parezca. A la octava o novena vuelta viran la pieza para coser el ala con cuidado de que se termine en la dirección en que se comenzó para que no quede cambeto.

Los tipos de sombreros que destacan son:

El corriente, el pavo ó perico de ala corta, el casco de mula cuya chapa asemeja al casco de dicho animal, el pava ó chambelona, de copa baja y ala muy ancha, usado especialmente por mujeres, el ranchero de ala ancha y copa alta y el pintaíto donde las crinejas es intercalada con gajos de colores.

Antiguamente los sombreros se cosían a mano, la elaboración del sombrero y la preparación de la crineja a sido trabajo de mujeres, sacar los cogollos de los datileros es trabajo de hombres.

Durante mucho tiempo el sombrero de cogollo tuvo gran demanda y aceptación en Venezuela y en las islas del caribe, con quienes se comerciaba. Además de sombreros con la crineja de cogollos se hacen bolsos, carrieles, alfombras, gorra.

Fuente: Venezuela Tuya

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