La Navidad según C4 Trio y sus invitados

Todos los grandes tienen su álbum navideño. Y el C4 Trío decidió celebrar su mayoría de edad —cumplió 18 años de historia el pasado 24 de noviembre— editando un compilado de piezas decembrinas en compañía de voces amigas e ilustres. El laureado ensamble no se conformó con lo venezolano. Respetando su esencia, abrazó la universalidad; e incluso, aportó un tema inédito al catálogo festivo. La obra es tan apetecible como la primera hallaca de la temporada. 

C4 Suena a Navidad (2023) refleja el abanico emocional de fechas muy emotivas. Los últimos días del año pasan de la carcajada al llanto entre un trago de ponche crema y el siguiente. La nostalgia está a un centímetro de la alegría. La copa va arriba por los que están y por los que no. Son fechas de reencuentros familiares en un contexto en el que la diáspora condiciona nuestra cotidianidad. Son momentos propicios para la reflexión; la despedida triste de un número gastado del calendario y el recibimiento esperanzador de una página en blanco, fresca, llena de desafíos y posibilidades. 

C4 Trío, la agrupación de los cuatristas Jorge GlemEdward Ramírez y Héctor Molina y el bajista Rodner Padilla, ha logrado la proeza de colorear el clásico “Faltan cinco pa’ las 12”, composición de Oswaldo Oropeza interpretada por Néstor Zavarce en la versión original —y la más conocida— de 1963. A ésa, una de las canciones más escuchadas del 31 de diciembre en Latinoamérica, le dieron un vuelco para endulzar sus versos agrios: Me perdonan que me vaya de la fiesta/ pero hay algo que jamás podré olvidar/ una linda viejecita que me espera/ en las noches de una eterna Navidad. Para ello, invitaron a un maestro de la sazón y el swing, Oscar D’ León, quien se reencontró con el grupo tras unos cuantos años de sus primeras colaboraciones; la más recordada, la del DVD Los 10 de C4 (2015).  

La agrupación también repasó otra, que junto a “Faltan cinco pa’ las 12”, es de esas canciones venezolanas que se extendieron por toda la región hispanoparlante: “El burrito sabanero”. El aguinaldo de Hugo Blanco, que tenemos en la memoria en las voces infantiles de Ricardo Cuenci y La Rondallita (1975), se convirtió en salsa en la voz de Nelson Arrieta y el acompañamiento explosivo del C4. 

Zulia está muy presente. No sólo participa Ronald Borjas, marabino y ex vocalista de Guaco como Arrieta, quien encaró “Cantares de Navidad”, pieza puertorriqueña de Benito de Jesús García grabada a finales de los 50 por el Trío Vegabajeño, que conocemos mejor en Venezuela por la exitosa versión de la Billo’s Caracas Boys de 1964. También está Neguito Borjas con “Gaita es gaita” porque una fiesta navideña venezolana sin gaita zuliana es como un pan de jamón sin pasas. Es una gaita a lo C4, experto en cultivar las tradiciones con abono vanguardista; con un despliegue rítmico extraordinario y un cuatro distorsionado, malandro y rock que aportó Edward. 

Y queda un zuliano por nombrar. Se trata de Jorge Luis Chacín (otro ex Guaco), con quien el ensamble se reunió en su residencia en Miami a atender el parto de una obra nueva, titulada “Navidad es vida”, con una base latinoamericana, medio andina, con el cajón peruano que toca el percusionista Diego “Negro” Álvarez, habitual colaborador de la agrupación, y hasta una pizca andaluza en las palmas del interludio. Una base de fusión iberoamericana, en la que se habla de la necesidad de acercarse a la gente querida precisamente en las fechas que rodean el día de Pascuas.

La cuarta pista del álbum, en el que también participaron instrumentistas como el gran maraquero Juan Ernesto Laya, nos lleva a Colombia y nos invita a bailar un ritmo irresistible, sobre todo en diciembre: La cumbia. C4 ya tenía en planes grabar “El año viejo”, pieza del cultor Crescencio Salcedo popularizada por Tony Camargo. Apenas le hablaron del proyecto al galardonado cantautor bogotano Andrés Cepeda, ésa fue precisamente su primera opción por la significación que tiene el tema para él y su familia. La química entre el artista y el ensamble de cuatristas es notoria. Un cover con nota sobresaliente.     

El arte de C4 Suena a Navidad (2023), diseñado por Axel Valdivieso, muestra estampillas y banderas de cuatro países: Venezuela, Puerto Rico, Colombia y Estados Unidos. El último, en el que reside el cuarteto y donde se grabó la mayor parte del disco, está representado por dos temas instrumentales. En “Jingle Bells” es donde C4 es más C4. Es allí donde reluce su esencia: la energía de los cuatros venezolanos, sus transiciones enrevesadas, la evolución rítmica de una pieza que va de merengue caraqueño a swing manuoche y de regreso, la manera como los cuatro músicos —Padilla siempre amarrando la mezcla— se van intercambiando roles, superponiéndose y cubriéndose las espaldas. Magistral, como es costumbre. 

La canción que cierra es una miniatura de la tradicional “Adestes fideles”, una invitación a los fieles al ritual navideño, construida principalmente por Rodner y Héctor. Es un broche para otros 12 meses de grandes logros: Durante 2023, C4 Trío fue la banda invitada en un tramo de gira de la banda estadounidense de jazz fusion Snarky Puppy; volvió a su tierra, a Venezuela, para ofrecer conciertos y masterclasses a casa llena; y grabó una obra con el virtuoso mandolinista brasileño Hamilton de Holanda, que seguramente saldrá del horno el año entrante para engrosar un catálogo que ya va por ocho álbumes, un DVD y un libro biográfico. 

Fuente: Guatacanight

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