Cuenta la leyenda que, durante la colonia, los habitantes de El Rincón, cerca de Carúpano, vivían para el libertinaje. Furibundo, un día el sacerdote del pueblo lanzó una maldición “Tengo esperanza en Dios que este pueblo maldito se hunda, que se hunda todo hasta donde se escuchen las campanas de la iglesia”. Nunca más se vio al sacerdote.
Corría un Viernes Santo y el pueblo organizó una gran fiesta. Cerca del mediodía, se vio en la cruz de la iglesia un raro pájaro cantando “falta poco, falta poco”. Los habitantes del pueblo se burlaron del extraño hecho. De repente, la tierra empezó a hundirse. Aunque todos trataron de correr, no pudieron salvarse. El pueblo desapareció bajo las aguas, quedando sólo una gran y profunda laguna.
Quienes viven cerca de la Laguna de Sacamantecas aseguran que los Viernes Santos por la noche, se oyen sonidos de campanas dentro de la laguna.
Fuente: Inatur Sucre
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