Los Cachos de Marunga: ¡Burro amarrado, leña segura!

En la Dirección de Política del Estado Nueva Esparta para la época de los 80 se tomó la decisión de retener todo animal “realengo” que estuviera perturbando en las calles; si aparecía el dueño, le entregaban el animal y pagaba una multa; en caso de reincidir, se le decomisaba, lo sacrificaban y lo repartían si era apto para el consumo. ¡Mátelo, repártalo y cómanselo!  Así de tajante era el mandato. Cualquier representante de la ley tenía el poder para hacerlo y si algún vecino denunciaba el hecho, era bien recompensado; todo con la finalidad de tener orden en los pueblos y no sucediera como en el Estado Guárico donde – se comenta – que la plaza Bolívar de Calabozo está enrejada porque las vacas y otros animales, la invaden; es decir, “la expropian” como se dice actualmente.

Para la época había un director de política que no comía cuento con tal de mantener el orden en la comunidad. En una oportunidad se le presenta un oficial a cargo quien le expone que unas vacas estaban molestando en las calles de un pueblo; este, ni corto ni perezoso, le exige que cumpla con su deber  aplicando la ordenanza respectiva, pero el oficial le dice que hay un problema.

¡Pero bueno oficial! ¡¿Cuál es el problema?! Pregunta indignado el Director de Política.

Eh, doctor… es… que… que… trataba el oficial de explicar no sin mostrar un poco de temor.

¿Cómo es eso de… que… que? ¿Qué es lo que pasa? ¡Cumpla la orden o le pongo una sanción bien severa por desacato a la autoridad ahora mismo! Dice el Director.

Este… doctor; es que… trataba de explicar el oficial todavía dominado por los nervios.

José Vicente Mata Estaba, conocido en  Margarita cariñosamente como Chente Mata (gallero empedernido) no aguanta la inseguridad manifiesta  del oficial y le repite:

¡¿Cómo es eso de que hay un problema?! ¡Usted conoce el procedimiento! ¡Si no está el dueño de los animales, llévenselos, mátenlos y repártalos para el consumo! – ¡¿O usted pretende que vaya yo mismo a hacer el procedimiento?!  El oficial respira profundamente y le responde:

– “¡Yo creo que si doctor, porque las vacas que están realengas son las suyas!

Al otro día se supo que Chente Mata el Director de Política del Estado hacía gestiones para comprar una finca en Tucupita, compartirla con su hermano Héctor Mata Rodulfo y poner sus reses a mejor resguardo.

…”el que no cuida lo que tiene”

Rafael “Morocho Ras” Suárez

Tomado del libro: «Ocurrencias de mi pueblo» de Carlos Mujica «Marunga«

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