Lubert Pulval es un músico no vidente que se radicó en Argentina tras salir de Venezuela. En sus últimos años, con su talento buscó recaudar fondos para ayudar a los necesitados de su país.
Pulval nació en la Isla Margarita, era ciego desde los dos años de edad, producto de un retinoblastoma bilateral, que es cáncer en la retina, y tuvieron que operarle ambos ojos.
Estudió desde el preescolar, pasando por la primaria dentro de una escuela para ciegos, donde aprendió a escribir Braile, y dio sus primeros pasos en la música a los cinco años. El primer instrumento que ejecutó fue el “cuatro venezolano”, tocando en el grupo musical del colegio. Además empezó con canto.
A sus 11 años ingresó al Bachillerato y simultáneamente incursionó en la guitarra. Allí participó de los actos escolares del Liceo y de eventos culturales. A los 15, empezó a componer sus propias canciones. Ya a los 17 años el piano llegó a su vida y “ahí decidí que es el instrumento con el que me quiero quedar”.
Como en esa época estaba en Caracas, buscó la forma de estudiar música a nivel profesional, pero debido a su ceguera, muchas puertas se le cerraron porque “me decían que no iba a poder leer música”. Eso lo llevó a aprender el piano de manera autodidacta.
La calle fue el escenario para que junto con otros músicos desarrolle sus dotes como pianista. Como estaba en sus 18 o 19 años, carecía de dinero para pagar a profesores, aunque conoció a dos que le transmitieron un poco sus conocimientos, como Jerry Wells y Fernando Padilla.
Cerca de sus 25 años conoció a Jesús. “Me costó aceptar el Evangelio por tener un fuerte trasfondo católico, pero de a poco me di cuenta que era el verdadero camino. Mientras seguía cantando y tocando en la Universidad, gané muchos certámenes y he recibido algunos premios y reconocimientos”.
En el 2009 grabó un disco como solista, aunque “tengo que reconocer que fue más secular que cristiano, ya que solo un tema estaba dedicado a Dios”, manifestó en una oportunidad Pulval.
En el 2015 le diagnosticaron otro tumor cancerígeno, un leiomiosarcoma, en el maxilar superior izquierdo. La operación significaría la extracción completa del maxilar, pero 15 días antes entró al estudio y produjo un disco “totalmente para Dios”. Incluso los médicos le anticiparon que no cantaría más. “Pero Dios obró y salí del quirófano hablando y cantando”.
Unos años antes, en la Isla Margarita, había formado el grupo “Parranderos de la Paz”, donde aprendió a producir música, y llegaron a ser la agrupación de más importancia en la música tradicional de Margarita. Pero en los últimos tiempos empezó a componer temas con letras bíblicas, hasta que finalmente decidió salir de Venezuela.
El 10 de mayo de 2018 llegó a Argentina por varias razones. Una, por la situación político, social y económica que el país vivía en ese momento. Pero además, al conocer que en Buenos Aires existía el Coro Polifónico Nacional de Ciegos, perteneciente a la Secretaría de Cultura de la Nación.
“Me enteré que cada cierto tiempo se abren concursos para cubrir vacantes de otros músicos que se jubilan, y me postulé. Pero fue muy difícil, porque uno de los requisitos era que debía o ser nativo del país o haber residido al menos cuatro años”, indicó. “Pero Dios hizo el milagro, me inscribí y pude cubrir una de las 7 vacantes”.
Allá trabajó en la Compañía Teatro Ciego, como uno de los musicalizadores. Se congrega en la Iglesia Cristiana del Centro junto a su esposa Gracielis, con quien está casado desde hace 9 años. Está en el grupo de adoración.
Lubert Pulval falleció en Argentina, el 1 de agosto 2024.
Fuente: https://tdmproducciones.net/
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