Pedagogía de la Esperanza

¿Un libro puede caer del cielo? Es posible. Utilizando la imaginación, podríamos pensar que se zafó de las manos de algún paracaidista amante de la lectura al hacer su descenso, y que no podía dejar para después sus páginas.Lo cierto es que, reacomodando la estructura de la pregunta, surge una expresión muy utilizada para agradecerla llegada de un libro a nuestras manos,y que toca nuestras almas:“ese libro me cayó del cielo”, y es que, precisamente cierto día, José Viloria, ilustre maestro ,puso en mis manos un fabuloso libro titulado “Del fraude de la educación a la escuela que queremos”escrito por José Rafael Marrero Pérez, conocido como “Marrerito”. En sus páginas, me topé con el maestro español: Don Fernando González Lucini quien nos habla de la “Pedagogía de la Esperanza”;ello trata de la práctica humanista de la escuela que queremos, de la escuela que soñamos, de la escuela esperanzadora de ideales y creatividad, de verdaderas libertades y del espacio para crear y recrear todo lo que los niños y niñas desean mostrar al mundo: creo que allí está la verdadera libertad educativa, de aprendizaje colectivo y auto-aprendizaje.

Señala Don Fernando, que en esa pedagogía se conjugan armónicamente,el conocimiento y el convencimiento de los derechos humanos; la conciencia y el análisis crítico y el logro posible de un mundo más justo con una convivencia fraterna, solidaria y profundamente humana.Además propone cuatro aspectos para la práctica educativa:Potenciar en el Alumno la Inteligencia Creadora:con buenos sentimientos, actitud amorosa y soñadora, propias de la condición humana; el Descubrimiento de las Capacidades de los Alumnos y sus Posibilidades Humanas más Positivas:el amor, la bondad, la paz, la igualdad, la solidaridad; la Dimensión y Proyección Comunitaria:potenciar el trabajo cooperativo donde se desarrolle el apoyo entre todos para logros comunes o individuales; y por último,la Defensa de la Confianza y la Razón Utópica: que alimente luchas y mantenga viva la convicción de que es posible cambiar y mejorar el mundo, la vida y la humanidad.

En resumen,la práctica del humanismo verdadero podría ser una respuesta a una mejor educación y al logro de la pedagogía de la esperanza, no en vano cuestiono lo siguiente ¿sí hay tantos maestros como Don Fernando, si hay tantos estudios e investigaciones, sí hay tantos constructores de la educación que desean edificar una escuela soñada, por qué se ha avanzado tan poco?¿Qué nos hace falta para lograr la escuela que queremos y profundizar esa práctica verdaderamente humanista que desde allí se promociona? ¿Qué tanto del humanismo verdadero se practica desde los altos cargos de la gerencia educacional?¿Realmente se practica? ¿Sí se aplicara la pedagogía de la esperanza en nuestras instituciones,será acaso que dentro de su práctica esa razón que alimenta nuestras luchas llegaría algún día?,¿o nunca sucedería, quizás por la burocracia de los politiqueros de oficio que legislan la educación y que ofrecen cambios convenientes a sus intereses anti-libertarios, contrarios al de un pensamiento crítico, constructivista, genuino y liberador de cada ciudadano? Cada quien analice desde su esperanza, desde su sueño, desde su utopía,cuál es la pedagogía esperanzadora que debemos aplicara nuestra educación.“¡No respondan a la primera, allí se los dejo, escríbanlo y analícenlo!”¡Gracias por tú frase Viloria!,

Publicado por: Prof. Arquímedes Figueroa / @arquimedes69

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