Valores de Margarita: El agua en la Isla, tesoro vital de vicisitudes históricas

Margarita ha sido una región castigada por la carencia de agua, cuya llegada a los hogares se ha vinculado históricamente, a calamidades y vicisitudes.

En razón a que la evapotranspiración insular, es superior a los 1550 mms por año y la  media anual de lluvia registra unos 500 mms de lluvia, tal desbalance hídrico, limita la formación de cursos de agua permanente.

Para subsanar la histórica falta de agua en la región,, el 30 de Mayo de 1960 fue inaugurado el acueducto submarino Cariaco – Margarita, dándose entonces un paso enorme hacia el progreso… hecho de desarrollo que ha sido interrumpido, en razón a la falta histórica de no haber dado mantenimiento permanente a  tuberías submarinas que registran de 50 a 60 años de haber sido instaladas, cuyas roturas y grietas, producen cuantiosas pérdidas diarias de volúmenes de agua que deberían llegar a los hogares insulares.

INGENIO MARGARITEÑO

Antes de llegar el agua a nuestra isla en los años 60… ¿como se las ingeniaban los margariteños para obtener el agua que necesitaban para subsistir.? 


Ante una crisis que ha sido recurrente y cíclica, el ingenio margariteño siempre salió adelante, por haber desarrollado variadas alternativas para conseguir agua, almacenarla e inclusive, para hacerla rendir al maximo en los hogares.

Una de las maneras más difíciles y extenuantes para conseguir agua, era cavar… a riesgo, profundos y angostos aljibes . Cuando lograba encontrarse un manantial que bajara desde las montañas, se construían a pie de cerro pequeñas albercas de mampostería o de tierra para almacenar el agua. Estos depósitos que recibieron el nombre de albercones…jugaron papel extraordinario durante la colonización y durante etapas de desarrollo.


Cuando las escasas precipitaciones aparecían, las gotas de agua caídas del cielo… constituían un verdadero tesoro que no podía desperdiciarse. Para almacenar el agua de lluvia que caía sobre el techo de los hogares, los margariteños construyeron estanques de mampostería, donde también almacenaban el agua que se transportaba, desde sitios lejanos.

Si conseguir el agua era difícil, trasladarla hasta los hogares resultaba una verdadera odisea, porque para transportar los cántaros y taparos de agua desde lejanos pozos y aljibes, se debía caminar largas distancias, por lo que era común observar durante día y noche, larguísimas filas de hombres, mujeres y niños cargando cualquier tipo de envase. Ante la situación, quedó sembrada en nuestra historia insular…las interminables caravanas de personas, burros y mulas, cargando barriles y agajes repletos de taparos con agua.

La manera de llevar el agua hasta el hogar, tenía sus variantes… las recias y resistentes mujeres, cargaban hasta siete taparos: tres dentro de un mapire colocado en la espalda…un taparo sobre cada hombro, un taparo sobre la cabeza y el otro… llevado abrazado frente al pecho. Por su parte…los hombres eran más cómodos en esta tarea, porque solamente cargaban dos taparos: uno a la cintura y el otro, sobre el hombro. 

En jornadas de largas caminatas… bajo un sol calcinante, imaginemos como podía sentirse una persona que al tropezar y caer, se le quebraba uno o más  taparos con el preciado líquido. Pero, si bien aquella ruptura de envases era bastante frecuente… la tristeza y la decepción no impedían a los margariteños, buscar nuevos envase en el hogar para reemprender la larga travesía, ya que lo más importante era asegurar el agua para beber, elaborar la comida y dar el agua a los animales.

Si bien el calor exigía redoblar esfuerzos y superar las fatigas durante el día , el fresco de la noche lograba aliviar a los cargadores de sus penurias en la interminable fila india. 

Ante las dificultades para conseguir agua y almacenarla en el hogar, la situación obligaba a rendirla al máximo, y ante la necesidad que imponían los acontecimientos, los margariteños aprendieron a racionar el agua que consumían, bebiendo pequeñas cantidades al día;  rendirla en el hogar, el agua de lavar la ropa se reciclaba para regar los huertos familiares.

La forma de rendir el agua para bañarse, era bastante práctica, porque los miembros de la familia se bañaban por turnos dentro de un tanque con la misma agua, que finalmente se ponía turbia, por tanto uso personal, pero el agua que quedaba en el tanque, era reutilizada para regar las hortalizas y plantas ornamentales, con un sistema de riego de barbacoas elevadas, que permitía que el agua vertida, escurriera hacia abajo sin perderse, porque el agua que salía por debajo del último grupo de plantas, se recogía y volvía a utilizarse en la parte alta de la barbacoa hasta que se acabara.

 
A pesar que en los tiempos actuales no se observan las calamidades que hemos narrado para conseguir agua, lo que sí se observa es un largo y fuerte racionamiento en los hogares insulares, porque actualmente se recibe cada 30 o 45 días, y hasta más tiempo… dependiendo de la altura de las comunidades.

Ante el racionamiento vigente, en los hogares de hoy, se volvió a repetir la historia de bañarse con tobos, utilizando un agua de dudosa calidad que debe ser comprada a precios dolarizados a camiones cisterna.

Esta crónica real y verdadera… que destaca el ingenio margariteño ante las calamidades, permite ratificar que, en Margarita el agua es vida, y no debe malgastarse. 


Como recomendación ante el fuerte racionamiento,, no debe lavarse el carro con el agua que llega a los edificios y condominios; no deje abiertos sus grifos; vigile los tanques de sus pocetas; controle el agua al bañarse; cierre la llave mientras cepilla sus dientes.

Y para regar sus plantas, recomendamos utilizar los sistemas de barbacoas tal y como lo hacían los margariteños, que con ingenio e inteligencia, supieron vencer a la sequía.

Recopilación: Absalón Davis

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